Ciudad Juárez, Chih.- Que los comunicadores hablen al pueblo, a su síntesis y en su totalidad, en los graves momentos y crisis que atraviesa la sociedad para “ser palabra que apacigua tempestades”, es el llamado que el arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, hizo a los responsables de comunicación de las diócesis mexicanas.

En la misa inaugural del 26° Encuentro Nacional de Pastoral de la Comunicación, el presidente de la CEM aportó una reflexión sobre la finalidad de la “palabra” en el contexto de la comunicación actual de la Iglesia y el servicio para la sociedad contemporánea.

Aseveró que la actividad de los comunicadores es una extensión del ministerio de la palabra: “La palabra no es un soplo, es verbo, es dinamismo, se convierte en acción, es logos que nos activa, transforma y hace cambiar mentes y corazones”.

El arzobispo de Monterrey reflexionó sobre el ‘servicio de la palabra’, que no se queda en mera información, sino que performa y transforma: “Hoy en el mundo padecemos una crisis ética y moral, se modifican los entramados de las relaciones humanas… [por ello] no hay lugar para mentir, para denostar, para injuriar”.

Llamó a que la comunicación sea un enlace entre las personas, un “ministerio de aproximación”; aseguró que la riqueza de ese ministerio es el contenido y la esencia: “Saber qué queremos comunicar, cómo y para qué queremos hacerlo […] en medio de la tormenta, debemos ser palabra que apacigua tempestades”.