Ciudad del Vaticano.- En la misma línea con la que sus predecesores pidieron perdón por aquellas acciones que, en el nombre de la evangelización, agredieron e impusieron sobre algunas culturas en el mundo, el papa Francisco ha reconocido que en la historia de la cristianización se han cometido "errores" cuando se ha buscado "imponer un sólo modelo cultural".
El discurso del pontífice durante la audiencia general realizada este miércoles se ha centrado en el valor del arraigo de la fe cristiana y de la universalidad que el catolicismo requiere para dialogar e inculturarse; sin embargo, Francisco lamentó que, en ocasiones, los evangelizadores se han dejado seducir por la uniformidad y por la imposición en lugar de valorar la riqueza de la diversidad de las poblaciones a donde se ha querido llevar la fe de Cristo:
"¡Cuántos errores se han realizado en la historia de la evangelización queriendo imponer un solo modelo cultural! La uniformidad. Y esto, la uniformidad como norma de vida, no es cristiana. Unidad sí, uniformidad no. A veces, no se ha renunciado ni siquiera a la violencia para que prevalezca el propio punto de vista. Pensemos en las guerras, ¿no? De esta manera, se ha privado a la Iglesia de la riqueza de muchas expresiones locales que llevan consigo la tradición cultural de enteras poblaciones. ¡Pero esto es exactamente lo contrario de la libertad cristiana!"
Se trata de uno de los discursos más autocríticos del pontífice argentino sobre la actitud de algunos cristianos que no respetan las culturas de los pueblos. En su reflexión afirmó que "la catolicidad" no es una "denominación sociológica para distinguirnos de otros cristianos" sino un "un adjetivo que significa universal":
"La catolicidad, la universalidad. Iglesia universal, es decir, católica, significa que la Iglesia tiene en sí, en su naturaleza misma, la apertura a todos los pueblos y las culturas de todo tiempo, porque Cristo ha nacido, muerto y resucitado por él, por todos", ha dicho el Papa.
Para la evangelización en el siglo XXI, el papa Francisco ha recordado que la transmisión de la fe "debe respetar la proveniencia cultural de cada persona, incluyéndola en un espacio de libertad que no sea restringido por alguna imposición dada por una sola cultura predominante".
Dicho espacio de libertad, insistió el pontífice, coincide con la verdadera experiencia cristiana que es liberadora: "La liberación obtenida con el Bautismo, de hecho, nos permite adquirir la plena dignidad de hijos de Dios, de forma que, mientras permanecemos bien arraigados en nuestras raíces culturales, al mismo tiempo nos abrimos al universalismo de la fe que entra en toda cultura, reconoce las semillas de verdad presentes y las desarrolla llevando a plenitud el bien contenido en ellas".
De esta manera, el Papa ha lamentado y señalado la terrible tentación de imposición de ciertos 'fundamentalismos' dentro de sectores católicos. Bergoglio intuyó una comparación con las críticas que recibe él mismo de parte de algunos sectores eclesiales, dijo que "la historia se repite hoy" por la posición "de los fundamentalistas": "Como se ve, la crítica en relación con toda novedad evangélica no es solo de nuestros días, sino que tiene una larga historia a las espaldas", denunció.
El pontífice concluyó con un mensaje a los evangelizadores de este nuevo siglo: "Si pretendiéramos hablar de la fe como se hacía en los siglos pasados, correríamos el riesgo de no ser comprendidos por las nuevas generaciones. La libertad de la fe cristiana no indica una visión estática de la vida y de la cultura, sino dinámica, una visión dinámica de la tradición... porque la libertad obtenida de la muerte y resurrección del Señor no entra en conflicto con las culturas, no entra en conflicto con las tradiciones que hemos recibido, sino que más bien introduce en ellas una libertad nueva, una novedad liberadora", concluyó Francisco.