Morelia, Michoacán.- José Armando Álvarez Cano dio inicio al gobierno pastoral como arzobispo coadjutor de Morelia, que el papa Francisco le encomendó en enero pasado. El pastor, originario de Zamora y quien recibió el ministerio episcopal para acompañar las diócesis de Huautla de Jiménez (Oaxaca) y Tampico (Tamaulipas), tomó las riendas de la histórica sede metropolitana de Michoacán en una labor que compartirá con arzobispo en funciones, Carlos Garfias Merlos.
El nombramiento como arzobispo coadjutor con derecho a sucesión significaría que Álvarez Cano sustituirá inmediatamente a Garfias Merlos en el momento en que el papa Francisco acepte la renuncia de este último. De este modo, la Arquidiócesis de Morelia, que comprende 44 municipios del noreste de Michoacán y 10 de Guanajuato, tendrá una dupla arzobispal y seguirá contando con la presencia del cardenal arzobispo emérito, Alberto Suárez Inda.
El inicio de ministerio arzobispal de Álvarez Cano comenzó en la Catedral Metropolitana de Morelia en la que fue recibido por el nuncio apostólico en México, Joseph Spiteri; el arzobispo Carlos Garfias; el colegiado de sacerdotes canónigos; y un representativo de fieles y sacerdotes locales así como algunos obispos del país, entre los que destacó el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro. El nuevo arzobispo coadjutor bendijo por primera vez a la grey que pastoreará y cumplió con las indicaciones canónicos de Profesión de Fe y Juramento de Fidelidad en una ceremonia solemne.
Entrada de José Armando Álvarez Cano a la Catedral de Morelia pic.twitter.com/AVILRbTsEd
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Posteriormente, el arzobispo coadjutor se trasladó al Palacio del Arte donde se realizó la celebración eucarística con cerca de cinco mil asistentes. A la ceremonia acudió un representativo de más de 20 obispos de Michoacán y de otras partes de la República; sacerdotes de Zamora, excompañeros de Álvarez Cano; sacerdotes misioneros de la prelatura de Huautla de Jiménez y de la diócesis de Tampico; por supuesto, fieles de las regiones michoacanas cuyos representativos mestizos e indígenas participaron de una larga presentación de ofrendas a los obispos consagrantes presentando el fruto de sus trabajos bajo el ritmo de El Corpus.
Antes del inicio de la celebración Eucarística, representantes del pueblo originario mazateco de la prelatura de Huautla -donde el arzobispo coadjutor inició su ministerio episcopal- realizaron un rito de purificación con significado penitencial, a través del cual se pidió perdón de los pecados, se purifica el alma de la persona y se le encomienda a Dios creador. Dos mujeres indígenas le entregaron una vela de cera como signo de la luz del Espíritu Santo y permanecieron velando su ardor.
Inmediatamente después se leyeron las letras apostólicas con las que el papa Francisco nombró a José Armando Álvarez Cano como arzobispo coadjutor de Morelia y lo liberó de su responsabilidad episcopal en Tampico. La bula papal pidió al nuevo arzobispo a trabajar de manera armoniosa con el arzobispo Carlos Garfias.
Misa de inauguración de la inscripción pastoral entre los sucesores de Tata Vasco de Quiroga del arzobispo coadjutor José Armando Álvarez Cano pic.twitter.com/R8SGv95i69
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Tras la liturgia de la Palabra, el nuncio Spiteri ofreció una reflexión homilética dirigida especialmente al nuevo pastor de Morelia en la que insistió en el trabajo colegial y fraterno. El representante del Papa en México pidió a Álvarez que a ejemplo de Jesús, buen pastor, debe "ponerse en primera fila para defender a su pueblo":
"No huye de su responsabilidad, da la cada, anuncia la necesidad constante de la conversión, del cambio de vida, de alejarnos de todos los caminos malos".
Al final de la ceremonia, el nuevo arzobispo coadjutor dirigió un mensaje al pueblo michoacano; destacó su compromiso frente a la etapa de autoridad pastoral que ha recibido, reconoció el valor y trascendencia histórica de la Iglesia michoacana desde su fundación por Tata Vasco de Quiroga, venerable y siervo de Dios.
Álvarez Cano invitó a los miembros de la Iglesia a aportar valores en la configuración de lo que el país puede ser. El arzobispo se refirió a la crisis de humanidad que los obispos de México han señalado en el Proyecto Global de Pastoral 2031+2033 y que causa un sufrimiento profundo y constante entre la sociedad.
Puntualizó que el país necesita misericordia y compasión, añadiendo la propia problemática de Michoacán y Guanajuato, de violencia, salud pública, educación y gobernabilidad: "No podemos cerrar los ojos a una realidad que duele y nos llama a una tarea comprometida por el bien común".
Después de un mensaje del arzobispo @ArquidioMorelia, Carlos Garfias, al arzobispo coadjutor, Álvarez Cano para cooperar y trabajar juntos en favor de la paz y la promoción de la dignidad humana; el pastor mostró las letras apostólicas con las que el Papa le confiere la misión pic.twitter.com/NmfwbEG2JU
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Enfatizó que las personas buenas son muchas más que las malas: "pero lo bueno no hace mucho... porque los males son gritos estridentes en el mundo". Sin embargo, el arzobispo sostuvo que la esperanza ha de llevar a describir lo bueno, lo bello que existe:
"Somos personas de fe, de esperanza, que debemos mirar la realidad con los ojos de Dios, no con un fatalismo", dijo.
Al final, destacó que se requiere una proyección más evidente de la fe en la sociedad, una participación más activa y amplia de los laicos en la vida social y política; así como de la Iglesia en todos los ámbitos evitando la enfermedad del clericalismo denunciada por el papa Francisco.