Valencia, España.- Una peculiar historia sobre agresión contra los valores y símbolos religiosos sucedió esta semana en Valencia. Todo inició cuando el arzobispado local planteara la posibilidad de llevar en procesión a la imagen de la Santa Madre de Dios, Señora de los Desamparados, para acompañar a la ciudad en medio de las dificultades que subsisten por la pandemia de COVID-19.
Las autoridades reconvinieron la propuesta porque, aseguraron, no se podría controlar que grandes grupos de católicos acudieran en masa a la procesión de la imágen, provocando oportunidades de contagio de coronavirus. En ese contexto, Amadeu Mézquida, secretario del grupo municipal del partido Compromís