Ciudad del Vaticano.- Con más de 180 cardenales presentes, 120 de ellos electores, comenzó esta mañana la Octava Congregación General en el Vaticano. En esta reunión, los purpurados abordaron desafíos importantes como el tema de los abusos sexuales y, por primera vez en las reuniones inciadas hace una semana, 25 purpurados tomaron la palabra.
Esta masiva participación de cardenales revela parte de las inquietudes y preocupaciones de los pastores sobre la correcta elección del próximo pontífice, de un perfil que sea el que la Iglesia necesita. De hecho, a petición también del colegio cardenalicio, esta mañana les fue entregado a los purpurados un libro que compendia al Colegio de Cardenales, todo el repertorio con sus nombres, fotografías y resumen de vida de cada uno.
Como todos los días, la jornada inicia con una oración y un momento de silencio para el discernimiento; en este viernes, la sesión incluyó debates sobre evangelización, transparencia y unidad, mientras avanzan los preparativos para el próximo Cónclave.
El núcleo de las intervenciones, según informó la Sala de Prensa de la Santa Sede, giró en torno al legado del pontificado de Francisco: una Iglesia enfocada en la "comunión fraterna" y la capacidad de conectar con los jóvenes. Varios cardenales subrayaron la urgencia de comunicar el Evangelio "de forma efectiva" en todos los niveles, desde las parroquias hasta la Curia, destacando que "el amor mutuo es el primer anuncio cristiano".
También se dedicó atención a las Iglesias de Oriente, reconocidas por su "fuerte testimonio de fe" pese a contextos de persecución y conflicto. "Su sufrimiento no es invisible para Roma", señaló un participante.
Uno de los momentos más significativos fue la discusión sobre los casos de abusos sexuales y malas prácticas económicas, temas descritos por el portavoz Matteo Bruni como "heridas que deben mantenerse abiertas" para atenderlas de manera integral.
Este enfoque, explicó, busca "no ocultar el dolor, sino promover una curación activa". Aunque no se detallaron medidas concretas, se insistió en la necesidad de "transparencia y responsabilidad institucional".
Los cardenales reflexionaron sobre la continuidad entre los pontificados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, especialmente en torno a la liturgia, el Derecho Canónico y la sinodalidad. También se debatió el papel de la Eucaristía como eje de la misión evangelizadora y la lucha contra el secularismo.
El Vaticano además confirmó la ausencia en el Cónclave de dos electores: Antonio Cañizares Llovera (España) y John Njue (Kenia), ambos eméritos. Cuatro cardenales electores aún no han llegado a Roma. Además, Bruni desmintió rumores sobre un presunto malestar del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado: "No hubo incidentes ni intervención médica".
Mientras tanto, la Capilla Sixtina permanece cerrada al público desde el domingo, y hoy se instaló la emblemática chimenea en su techo, estructura desde la cual se emitirá el humo blanco o negro durante el cónclave. Aún no hay fecha para las pruebas técnicas, pero el personal ultima detalles para garantizar la seguridad y privacidad del proceso.
Los trabajos concluyeron a las 12:30 horas, pero las congregaciones continuarán hasta el inicio del Cónclave, el próximo 7 de mayo. Aún no se indica qué sucedería con los cuatro cardenales pendientes si llegasen a Roma después de iniciado el proceso. Mientras tanto, el Vaticano mantiene un delicado equilibrio por la presión logística que implica la organización de este singular momento.