Ciudad del Vaticano.- El papa León XIV firmó la carta apostólica “Trazando nuevos mapas de esperanza” en la Basílica de San Pedro, en el marco del Jubileo de la Educación. El documento conmemora los 60 años de la declaración conciliar Gravissimum educationis de Pablo VI.
Durante la homilía ante estudiantes de universidades pontificias, León XIV enfatizó la necesidad de una perspectiva integral en la educación: “La Iglesia de hoy y de mañana necesita esta mirada integradora”, declaró. Señaló que esta visión debe rechazar “toda lógica parcial” y derrotar la “atrofia espiritual”.
El Papa se refirió al episodio evangélico de la mujer encorvada para ilustrar los riesgos del encierro intelectual: “Cuando el ser humano es incapaz de ver más allá de sí mismo, de su propia experiencia, de sus propias ideas y convicciones, de sus propios esquemas, entonces se mantiene prisionero, permanece esclavo, incapaz de madurar un juicio propio”.
León XIV definió la educación como “un verdadero acto de amor” y alertó sobre las consecuencias de la falta de sentido: “Saciar el hambre de verdad y sentido es una tarea necesaria, porque sin verdad y sentido auténtico, se puede caer en el vacío e incluso morir”.
El documento apostólico busca renovar el compromiso educativo de la Iglesia en un contexto de fragmentación del conocimiento. El Papa observó que “nos hemos convertido en expertos en los detalles infinitesimales de la realidad, pero somos incapaces de recuperar una visión de conjunto”.
El pontífice instó a integrar la búsqueda intelectual con la vida espiritual. Llamó a “llevar adelante el trabajo intelectual y la búsqueda de la verdad sin separarlos de la vida”. Citó como ejemplos a Agustín, Tomás de Aquino, Teresa de Ávila y Edith Stein, quienes aportaron reflexiones trascendentales sobre la vida espiritual e intelectual en sentido de trascendencia.
La ceremonia incluyó la celebración eucarística con cientos de estudiantes religiosos y laicos. El Jubileo de la Educación se presenta como una oportunidad para que la Iglesia “experimenta su estar en camino” y renueve su “constante necesidad de conversión”.
León XIV concluyó con un mensaje sobre el propósito fundamental de la educación: “Descubrir que no somos criaturas arrojadas al mundo por casualidad, sino que pertenecemos a alguien que nos ama y que tiene un proyecto de amor para nuestra vida”.

