Córdoba, Argentina.- En entrevista, el cardenal Ángel Sixto Rossi desmontó equívocos sobre la mansedumbre: "Ser manso no es ser tibio. Es una forma serena de mostrar fortaleza interior tras vencer la violencia en el propio corazón". Ante liderazgos políticos en Argentina que promueven una agresividad de fortaleza, el mitrado de Córdoba ha salido a explicar el sentido auténtico de la fortaleza desde la perspectiva cristiana:
Rossi contrastó tres figuras clave: "Fuerte es el que crea, violento el que destruye, manso quien muestra suavemente su potencia interior".
Rossi ilustró su tesis con el cuento El perro de los espejos del sacerdote Mamerto Menapace, donde un animal iracundo se autodestruye al atacar su reflejo. "La violencia ciega y nos hace enfrentarnos a nosotros mismos", explicó, subrayando que la furia nubla la objetividad humana igual que al personaje literario.
El prelado precisó que la persona mansa genera paz y tiende puentes sin pasividad; actúa con convicción firme pero sin estridencias y transforma conflictos mediante autocontrol previo.
Su reflexión responde a lo que calificó como "asociación errónea entre fuerza y agresión" en la cultura contemporánea. Rossi concluyó que "todos necesitamos más mansedumbre" para construir sociedades menos confrontadas, en línea con su prédica constante sobre diálogo en Argentina.
El mensaje, difundido por la agencia AICA, coincide con debates nacionales sobre modelos de liderazgo político y resolución de conflictos. El cardenal evitó referencias partidistas, pero enfatizó que la virtud descrita "calma ánimos y evita destrucción innecesaria".