San Bernardino, Estados Unidos.- El obispo Alberto Rojas de la Diócesis de San Bernardino eximió formalmente a más de 1.5 millones de feligreses de asistir a misa dominical. La medida, inédita en tiempos no pandémicos, responde a las detenciones de inmigrantes que las autoridades norteamericanas realizan en parroquias locales durante operativos migratorios por instrucciones de la política trumpista.
En los últimos domingos, varios agentes migratorios han realizado arrestos sumarios de fieles de apariencia latina en las parroquias Santa Adelaida (Highland) y Nuestra Señora de Lourdes (Montclair); en algunos casos, debido a situaciones de ciudadanía irregular, los feligreses han sido llevados a centros de detención y deportación.
Por ello, el obispo Rojas otorgó la dispensa del precepto de la Misa dominical en los condados de Riverside y San Bernardino, donde el 52.5% y 56.4% de la población es hispana. El obispo, nacido en Aguascalientes (México) y naturalizado estadounidense citó un "temor real que se apodera de muchos en nuestras comunidades parroquiales de que si se aventuran a salir [...] serán arrestados".
La Diócesis de San Bernardino —segunda más grande de California y quinta de Estados Unidos— activó un recurso canónico reservado para "circunstancias graves". Omar Coronado, líder de Inland Congregations United for Change, calificó la decisión como "un acto extraordinario de valentía moral". La última medida de excensión de obligatoriedad a los fieles católicos de acudir a Misa sucedió durante la pandemia de COVID-19.
La Diócesis de Orange, también en California, implementó misas domiciliarias y protocolos ante la presencia de agentes en recintos eclesiales; la Arquidiócesis de Los Ángeles (con cinco millones de feligreses) mantuvo la obligatoriedad pero reforzó apoyo pastoral.
En mayo pasado, la Diócesis de Nashville (Tennessee) emitió un comunicado similar sin dispensa formal para los fieles.
Rojas enfatizó el compromiso con inmigrantes indocumentados: "La mayoría está aquí porque quería salvar a sus familias; no tenían otra opción [...] Quería quitarles la carga de no cumplir un compromiso de fe".
Por lo pronto, varias parroquias reportaron disminución de asistencia en los templos y servicios debido al miedo de los fieles de perderlo todo. La medida temporal, sin embargo, no aplica en diócesis vecinas, aunque replicaron estrategias de acompañamiento espiritual; el obispo Rojas denunció las "tácticas que ignoran derechos humanos" como medidas anti evangélicas.