Miami, Estados Unidos.- La Arquidiócesis de Miami celebró la primera misa católica en el centro de detención migratoria de Alligator Alcatraz (Alcatraz de los Caimanes), el pasado 2 de agosto, día de la Porciúncula o del Perdón de Asís. Este acto marca el inicio de un programa pastoral continuo acordado con las autoridades del centro, según anunció el arzobispo Thomas Wenski en un comunicado del 4 de agosto.
"Me complace que nuestra petición para proveer cuidado pastoral a los detenidos se ha admitido", declaró Wenski. El líder religioso, cuya arquidiócesis representa a 1.3 millones de fieles, confirmó que habrá "celebraciones litúrgicas regulares" en el complejo, con acceso para capellanes y ministros.
El acuerdo surgió tras semanas de diálogo entre obispos de Florida, líderes arquidiocesanos y autoridades correccionales estatales. La arquidiócesis indicó que "planea tener una exitosa y consistente presencia católica" en el centro, con un "horario estable" de "cuidado sacramental" para detenidos y trabajadores católicos.
"La Iglesia ‘no tiene fronteras’, pues todos somos miembros de una misma familia humana. Nuestra ‘agenda’ siempre fue anunciar ‘la buena nueva’ a los pobres", afirmó Wenski.
Esta postura de servicio no retracta las críticas previas al centro hechas por el propio arzobispo. El centro de reclusión fue inaugurado el 3 de julio en un aeropuerto abandonado de los Everglades. Ante su apertura, el arzobispo calificó el lugar de "inapropiado" y "corrosivo" para el bien común, en referencia a las condiciones del pantano y la fauna local.
El centro, con capacidad para 2,000 personas, enfrenta denuncias de organizaciones civiles por negligencia médica, falta de acceso a abogados y uso de jaulas. Activistas realizaron una vigilia interreligiosa el domingo 3 de agosto para exigir su cierre y reportaron huelgas de hambre, algo que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) negó.
Pese a las críticas, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió el complejo como "un modelo para futuros centros de detención" en declaraciones a CBS. Mencionó a Arizona, Nebraska y Luisiana como posibles sedes para instalaciones similares.
La arquidiócesis aclaró que continuará el ministerio "siguiendo las normas del centro y la disponibilidad pastoral de nuestro clero". El servicio religioso atenderá tanto a detenidos como al personal católico del centro.