Cuernavaca, Morelos.- El obispo de Cuernavaca y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Ramón Castro Castro, informó que la Iglesia local ha decretado el inicio del proceso de canonización del sacerdote norteamericano William B. Wasson, fundador de Nuestros Pequeños Hermanos (NPH), una organización orientada a proveer protección y desarrollo integral a niños, niñas y adolescentes.
A través de un decreto oficial, el obispo Castro refirió que el obispo de Phoenix, John P. Dolan (de donde era originario el religioso Wasson), solicitó a la Iglesia mexicana iniciar el proceso de canonización que consiste, en primer lugar, en una exhaustiva investigación de la vida y obra del religioso en cuestión, después validar las virtudes heroicas del candidato y posteriormente, si todo avanza, comenzar a recibir noticia de las intenciones del pueblo de Dios puestas en manos del consagrado.
"Después de haberme puesto en oración ante el Santísimo y haber consultado a los Vicarios Episcopales, quienes coinciden en que ciertamente esta obra de los Pequeños Hermanos (NPH) ha dado muchos frutos en todos los aspectos, tengo a bien decretar el inicio de dicho proceso en la primera etapa de documentación de testimonios de su Fundador y su obra", apuntó el obispo.
En su página oficial, la obra Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) asegura que atiende la niñez vulnerable en América Latina y el Caribe, incluidos: México, Honduras, Haití, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Perú y Bolivia:
"Brindamos un entorno seguro y amoroso para miles de niñas, niños, además de servicios de educación y apoyo familiar para miles más. A través de la prevención, la protección y la preparación, brindamos servicios únicos para las niñas, niños y sus comunidades, ayudando a romper el ciclo de la pobreza generacional".
La historia cuenta que el sacerdote Wasson ayudó a un muchacho que había robando las limosnas en su parroquia de Morelos en 1954; el religioso decidió no presentar cargos contra el joven y ahí inició la familia NPH. Al charlar con el chico averiguó varias situaciones complejas: era huérfano, llevaba varios días sin comer y necesitaba refugio para pasar las noches. Wasson decidió apoyarlo ofreciéndole alimento y refugio, también lo involucró en algunas labores del templo. al poco tiempo, un juez mexicano envió al sacerdote a otros ocho casos de jóvenes en condición de vulnerabilidad; al final del mes, se cuenta, había 32 menores en cuidado y custodia del sacerdote; al año siguiente, por los estragos del huracán Hilda, el sacerdote recibe a 69 niños más.
La historia de William B. Wasson
La organización NPH es actualmente una organización ampliamente reconocida a nivel internacional pero la investigación canónica se enfocará en la vida y servicio del religioso William B. Wasson.
Según sus biógrafos, Wasson nació en Phoenix, Arizona, el 21 de diciembre de 1923, siendo joven realizó su formación sacerdotal en Estados Unidos en un seminario local, antes de ordenarse se especializó en derecho y ciencias sociales en la Universidad de San Luis Rey, en Santa Bárbara, California.
En un principio, su obispo en Estados Unidos decidió no ordenarlo sacerdote debido a que un afección en la tiroides lo hacía físicamente no apto para la vida en el sacerdocio. Fue entonces que su padre le dio cien dólares para que William viajara a México para descansar.
Aunque ingresó a México como turista por unas semanas, con el tiempo decidió quedarse en el país: encontró trabajo e hizo un curso de historia mexicana. Al final del año, se hizo maestro de criminología en la Universidad de las Américas y a trabajar como consejero en la American School Foundation.
Ya asentado plenamente en el país, en cierta ocasión recibió a un monje benedictino exmaestro de su seminario en los Estados Unidos y éste, al saber que aún sostenía interés de ser sacerdote, lo llevó ante el obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, quien lo ordenó presbítero en 1953.
Su biografía apunta: "William fue asignado a una iglesia cerca del mercado de Tepetates en Cuernavaca llamada 'la Iglesia de los Pobres' y alquiló un pequeño departamento cercano. Casi de inmediato, instituyó una guardería para niños pobres.
"Una mañana, al entrar en la iglesia, el sacristán que vivía encima de la iglesia vino corriendo por el pasillo para recibirlo. Explicó que un ladrón había robado la caja de pobres de la iglesia la noche anterior. En México, nada podría ser peor que ser un 'ladrón de iglesias'..
"Esa tarde, el sacristán volvió a visitar al padre Wasson con la noticia de que el ladrón había sido detenido. El padre Wasson debía ir a la cárcel a completar el papeleo. Al entrar a la comisaría, preguntó si podía conocer al ladrón. Para su sorpresa, fue un chico de 15 años con una situación trágica quien le explicó al padre Wasson que le había robado el dinero porque tenía hambre. No dispuesto a presentar cargos, el padre Wasson acudió al juez en nombre del niño. Le había hecho prometer al niño que iría a la escuela si podía obtener su libertad y el juez le concedió la custodia. El niño viviría con el padre Wasson durante los próximos cuatro años e iría a la escuela".
La historia de Wasson con el inicio de estos Pequeños Hermanos es inspiradora: Un laico pagó los primeros meses de renta del nuevo hogar para niños, entre todos reacondicionaron camas usadas y dispusieron los arreglos para la estancia. El religioso recibió de los hoteles locales alimentos para los nichos y posteriormente volvió a su natal Arizona para pedir donaciones y apoyos.
En alguna entrevista, el sacerdote Wasson confesó: "No recuerdo cuándo comencé a entender el trabajo de mis padres como un acto religioso (sus padres realizaron altruismo y asistencia a los necesitados en EU), pero supongo que debe haber sido el día en que me encontré personalmente interesado por un niño delincuente. Esta fue la primera vez que me sentí realmente interesado en alguien hasta el punto de sentir que sus problemas eran míos".
El religioso dedicó 50 años de su vida a servir como figura paterna, proveedor y maestro de más de 20 mil niños huérfanos, abandonados y pobres. Lo que comenzó como un gesto de amor se convirtió en una organización dedicada a cambiar la vida de los niños de América Latina y el Caribe para siempre.