Puebla de los Ángeles, Puebla.- En su homilía dominical, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa instó a mantener la práctica religiosa como antídoto contra la "ansiedad generada por el ritmo de vida moderno". Identificó la hiperconectividad como detonante de un "activismo inútil" que ahoga a los mexicanos en preocupaciones, agravado por problemas estructurales como violencia y desempleo.
Sánchez Espinosa fundamentó su mensaje en el evangelio de Marta y María, hermanas de Lázaro, que reciben en su casa a Jesús; mientras la primera se enfoca en las labores, la segunda se dedica a escuchar al Señor: "Equilibrar ocupaciones con oración permite sobrellevar dificultades con fortaleza. Sin paz con Dios, los problemas aplastan". Por eso dijo que acudir a Misa y participar de ella es como un doble alimento espiritual: escucha de lecturas bíblicas y reflexión comunitaria complementan la Eucaristía.
Reflexionó sobre la necesidad de “respetar la jerarquía de valores”, pues dijo "actualmente vivimos atrapados en un activismo inútil" y constante, producto de los medios modernos que prometen ahorrar tiempo pero que terminan por ahogarnos en preocupaciones y ansiedad.
“Muchas cosas nos preocupan en esta vida: la violencia, la inseguridad, la falta de empleo. Vivimos situaciones muy difíciles, pero no debemos olvidar lo más importante: estar bien con Dios, en paz con nuestro corazón y nuestra conciencia”, recordó.
Oración por Hernández Tovar
El arzobispo también presidió una oración por Gabriel Hernández Tovar, empresario y activista que acompañaba a familiares de víctimas y desaparecidos, y que fue asesinado el 16 de julio pasado en Reynosa, Tamaulipas. La arquidiócesis angelopolitana recordó que Hernández perdió protección estatal seis días antes de su ejecución pese a denuncias contra el Cártel del Golfo.
Gabriel Hernández fue integrante del Colectivo 10 de Marzo y por medio de un amparo logró que le proveyeran del Mecanismo Federal de Protección hasta que por orden judicial se le retiró el auxilio y la protección el 10 de julio pasado. Su activismo nació tras haber sobrevivido al secuestro masivo del 2021, donde presenció en carne propia los actos de los cárteles en México; desde entonces, acompañaba búsquedas de desaparecidos. En los últimos días, el activista lamentó el retiro de su protección y acusó al fiscal del Estado de Tamaulipas de colusión con células criminales. Tras seis días de no contar con protección, fue asesinado; su cuerpo apareció en una camioneta baleada volcada en un canal.