Ciudad de México.- La celebración de la Pascua es una de las festividades más importantes para los católicos romanos, los católicos ortodoxos y los judíos, pero cada grupo la celebra en fechas diferentes debido a diferencias en sus calendarios y tradiciones. Sin embargo, este 2025, las tres expresiones religiosas celebrarán la Pascua el domingo 20 de abril.
Para los católicos romanos, la Pascua se celebra el primer domingo después de la primera luna llena que sigue al equinoccio de primavera. Este cálculo se basa en el calendario gregoriano, que fue introducido por el papa Gregorio XIII en 1582 para corregir el desfase del calendario juliano. La reforma gregoriana ajustó el calendario para que el equinoccio de primavera cayera alrededor del 21 de marzo, lo que influye en la fecha de la Pascua.
La fórmula es la siguiente en el calendario gregoriano: Equinoccio de primavera → Luna llena siguiente → Domingo inmediato posterior.
Por otro lado, los católicos ortodoxos siguen utilizando el calendario juliano para determinar la fecha de la Pascua. Aunque el calendario juliano también calcula la Pascua en relación con la primera luna llena después del equinoccio de primavera, el desfase acumulado a lo largo de los siglos hace que el equinoccio de primavera en el calendario juliano ocurra aproximadamente 13 días después que en el calendario gregoriano. El calendario juliano es el antiguo calendario romano promovido por el emperador Julio César en el 45 a.C. para los territorios del Imperio Romano. Como resultado, la Pascua ortodoxa generalmente se celebra más tarde que la Pascua católica romana. No obstante, después de 11 años, este 2025, católicos otrodoxos y católicos romanos celebrarán Pascua el domingo 20 de abril.
En cuanto a los judíos, la Pascua, conocida como Pésaj, conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. Pésaj comienza el 15 de Nisán, según el calendario hebreo, que es un calendario lunisolar. Esto significa que las fechas de Pésaj varían cada año en el calendario gregoriano, pero siempre caen en la primavera. La fecha de la Pascua judía se basa en el calendario judío, en el que cada mes comienza con el novilunio y sigue el ciclo de las fases lunares. El día quince del mes coincide con el plenilunio. Por lo tanto, la Pascua judía cae en el primer plenilunio después del equinoccio de primavera. Haciendo referencia al calendario gregoriano, la fecha es entre el 26 de marzo y el 25 de abril. Este 2025, la Pascua judía caerá el 20 de abril.
La Pascua judía dura ocho días: comienza con la cena celebrada en la noche del día catorce del mes de Nisán, que cae entre marzo y abril del calendario gregoriano. La cena recuerda a la que comieron los judíos justo antes de partir para salir de Egipto. Un elemento particular de la celebración de la Pascua judía es el pan ácimo, es decir, sin levadura: los Judíos, al tener que salir de Egipto a toda prisa, no habían tenido tiempo de cocinar una verdadera comida y los panes sin levadura representan la prontitud para salir siguiendo el mandato de Dios.
Además de las diferencias en los calendarios, las tradiciones y los significados teológicos también influyen en las fechas de celebración. Para los cristianos, la Pascua celebra la resurrección de Jesucristo, mientras que para los judíos, Pésaj es una festividad que conmemora la libertad y la redención del pueblo de Israel.
Las diferencias en las fechas de celebración de la Pascua entre los católicos romanos, los católicos ortodoxos y los judíos se deben a la utilización de diferentes calendarios (gregoriano, juliano y hebreo) y a las distintas tradiciones y significados teológicos asociados con la festividad. Estas diferencias reflejan la rica diversidad de prácticas y creencias dentro de las religiones abrahámicas.
A pesar de que en 2025 la Pascua ortodoxa y católica coincidirán nuevamente, los dos calendarios continuarán divergiendo en los años siguientes. Recientemente, ha surgido una discusión dentro de la Iglesia respecto a la idea de unificar las fechas de la Pascua entre las confesiones, una propuesta que podría facilitar la cohesión entre los cristianos pero que requeriría significativos acuerdos eclesiásticos y teológicos. "Ya en 1964, en el concilio Vaticano II, la Iglesia católica afirmó en el decreto conciliar Orientalium Ecclesiarum su disponibilidad para identificar para la Pascua una fecha común, tanto fija como móvil, siempre que todas las Iglesias compartieran la solución".
El papa Francisco declaró que la Iglesia católica está dispuesta a aceptar una fecha fija para la Pascua, dado que esta festividad religiosa se celebra a menudo en fechas diferentes según los calendarios religiosos utilizados.
"La Iglesia católica está dispuesta a aceptar la fecha que todos deseen, una fecha de unidad", afirmó, improvisando y apartándose del texto de su homilía pronunciada durante la misa que concluyó la semana de oración por la unidad de los cristianos.
"De manera providencial la Pascua será celebrada este año el mismo día en los calendarios gregoriano y juliano, justamente durante este aniversario ecuménico", señaló Francisco, en referencia al Concilio de Nicea, que tuvo lugar hace 1.700 años y es considerado el primer concilio destinado a resolver los problemas entre las diferentes iglesias.
"Renuevo mi llamado para que esta coincidencia sirva como recordatorio para todos los cristianos de dar un paso decisivo hacia la unidad, y esto en torno a una fecha común para la Pascua", concluyó el líder de la Iglesia católica.