Ciudad de México.- La Iglesia Católica en México precisó los objetivos del curso de capacitación para sacerdotes sobre diálogo, tras interpretaciones mediáticas que lo vinculaban principalmente a una interacción con el crimen organizado. El sacerdote Alejandro Barajas, titular de la Pastoral de Educación y Cultura de la Arquidiócesis de Morelia, explicó en exclusiva que la iniciativa surge de la labor evangelizadora y del Diálogo Nacional por la Paz.
"El ejercicio es desde el diálogo que debe hacer la Iglesia en su labor evangelizadora. No es un foro para sacar personas para mediar con el narcotráfico", aclaró el sacerdote enfáticamente. Subrayó que el enfoque es amplio y comunitario: "Es un foro para ver experiencias, formas de hacer un diálogo con la sociedad... no descartar que [los criminales] son parte también de esa sociedad, pero no los únicos".
La capacitación, resultado de un proceso que incluyó un encuentro en enero pasado sobre "diálogos pastorales", busca dotar a los religiosos de criterios y formación para fomentar la convivencia pacífica. "Queremos ver la importancia de la Iglesia dentro de la sociedad por su papel mediador de diálogo", indicó Barajas, y rechazó que el curso esté diseñado exclusivamente para evitar agresiones a sacerdotes o negociar con grupos ilegales: "Los sacerdotes no están exclusivamente para salvaguardar su propia misión, sino construir la paz en la comunidad... con todas las instancias comunitarias y locales".
El entrevistado reconoció, sin embargo, la complejidad del contexto: "Sabemos que parte de la realidad son estos grupos criminales... pero el foco es trabajar para hacer una Iglesia que verdaderamente dialoga, que sale de sí para servir a la sociedad".
Reconoció además que es preciso involucrar a las autoridades civiles y respetar los marcos legales. Mencionó experiencias como las de la Iglesia en Colombia, donde se establecieron marcos jurídicos para ciertas comunicaciones en procesos de paz.
El encuentro, al que según el arzobispo Carlos Garfias Merlos -uno de los rostros episcopales visibles en las iniciativas de paz en el país- asistieron casi medio centenar de ministros e diversas diócesis, órdenes religiosas e instancias eclesiales, fue “esperanzador” para el sacerdote toda vez que se compartieron convergencias de diferentes iniciativas y “que estamos juntos pensando un camino que favorezca a nuestra misión evangelizadora”.
La capacitación se enmarca en el proceso del Diálogo Nacional por la Paz, enfatizando que la labor de la Iglesia no es buscar diálogo con el narcotráfico o el crimen organizado en búsqueda de su propia auto preservación o en un diálogo que “valide o legitime” los actos delincuenciales; sino un esfuerzo de intermediación por la sociedad y las comunidades que merecen vivir en una paz que no sea impuesta por el miedo o el poder de las armas.
Barajas finalizó insistiendo en que la Iglesia mexicana reitera su “llamado a la conversión para todos”; una invitación esencialmente pastoral pues “nuestro trabajo es dentro de la evangelización”, concluyó.