Ciudad del Vaticano.- En su mensaje para la Cuaresma 2025, titulado "Caminemos juntos en la esperanza", el papa Francisco instó a los fieles a vivir este tiempo como una peregrinación hacia la Pascua, marcada por la conversión personal y comunitaria, la solidaridad con los migrantes y la sinodalidad como eje de la Iglesia. El texto, difundido por la Santa Sede mientras el pontífice atiende su salud en el Policlínico Agostino Gemelli, se enmarca en el contexto del Año Jubilar y su lema "Peregrinos de la esperanza".
En su mensaje, el pontífice vinculó el relato bíblico del Éxodo con la realidad actual de los migrantes, señalando que "no podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia".
Planteó una reflexión crítica: "¿Cómo me dejo interpelar por esta condición? ¿Busco caminos de liberación de las situaciones de pecado y falta de dignidad?". Invitó a los creyentes a confrontarse con la realidad migrante como ejercicio cuaresmal, subrayando que "todos somos peregrinos en la vida".
El segundo eje del mensaje destacó el papel de la sinodalidad en la conversión de la Iglesia: "La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales", afirmó, recordando que los cristianos están llamados a ser "artesanos de unidad" sin exclusiones. Cuestionó si en las comunidades se practica "una actitud de acogida, con gestos concretos, hacia las personas que se acercan a nosotros y a cuantos están lejos", y advirtió contra el riesgo de la "autorreferencialidad" que es una tentación permanente.
En línea con el Jubileo, cuyo lema es "Peregrinos de esperanza", el Papa citó al Benedicto XVI para recalcar que el ser humano "necesita un amor incondicionado". Remarcó que la resurrección de Cristo es el fundamento de la esperanza cristiana y cuestionó: "¿Vivo concretamente la esperanza que me impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común?".
El mensaje cuaresmal de Francisco se recibe en un escenario global marcado por crisis migratorias, conflictos armados y divisiones políticas que mantienen a la sociedad mundial con gran incertidumbre; por ello al enfatizar la sinodalidad, el Papa reforzó en su mensaje la visión de una Iglesia "en salida" que, entre otras formas, se manifiesta en la asistencia y defensa de los migrantes y desplazados: "El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos", recordó el pontífice.