San Cristóbal de las Casas, Chiapas.- Durante el 2024, Chiapas vivió una constante afectación en los poblados y comunidades derivado de una agresiva violencia generalizada y la participación de grupos armados diversos y erráticos: localidades enteras eran secuestradas, familias debían migran a Centroamérica para huir de las amenazas de caciques y criminales, incluso se registró el artero asesinato del sacerdote indígena defensor de los derechos humanos, Marcelo Pérez. Sin embargo, para el obispo auxiliar de San Cristóbal de las Casas, Luis Manuel López Alfaro, se nota un cambio en el tema de seguridad y "se respira un poquito más de tranquilidad".
"Vemos que hay un cambio en el tema de seguridad en Chiapas y se respira un poquito más de tranquilidad, se percibe también que ha faltado ir a la raíz", dijo López Alfaro.
Reconoció que la primera reacción social es positiva por la nueva estrategia de seguridad "porque antes se negaba la realidad". Reclamó que las autoridades antes "decían que no pasaba nada, que todo estaba bien y por más que hablábamos no se hacía caso y ahora es la prioridad del Estado. Vieron que se salió totalmente de control", relató.
Dijo, sin embargo, que la Iglesia católica y el pueblo bautizado de Chiapas mantendrá la vigilancia a la estrategia de pacificación pues "hay que tener cuidado para que no acabe siendo opresión para gente de bien".
El obispo señaló que en los municipios de Frontera Comalapa y Chicomuselo, donde grupos de crimen organizado se disputan el territorio, "parece que ya hay más movilidad por lo pronto, pero de una región a otra les cuesta a las personas caminar porque públicamente se dice que ya no hay retenes, pero saben que los grupos siguen ahí".
López Alfaro manifestó su preocupación especial por los municipios de Chicomuselo, Frontera Comalapa y Pantelhó a los que definió como "focos rojos" porque se desconoce en gran medida cuál es la penetración del crimen en las estructuras sociales y de gobierno: "Son lugares en los que es desconcertante el futuro. No sabemos de amenazas, pero sí hay inseguridad para la población".
Finalmente hizo preces por la situación en Oxchuc, donde a partir de marzo tomaron posesión los integrantes del nuevo ayuntamiento: "El hecho de que haya habido elecciones en paz es un buen signo. La vez pasada empezó la violencia y de ahí para el real fueron puros problemas. Se espera que allá un cambio".