Ciudad Juárez, Chihuahua.- El obispo texano de El Paso, Mark J. Seitz, presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, acudió a la ceremonia de vigilia en memoria de los cuarenta migrantes fallecidos en un incendio dentro de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración de México.
La vigilia, organizada por el Servicio Jesuita para Refugiados (JRS) y otras organizaciones civiles en defensa de migrantes, se realizó a las afueras del edificio donde ocurrieron los trágicos eventos:
"El día de hoy se cumplen dos años del incendio de la estancia de Ciudad Juárez, entonces, en memoria de las víctimas que perdieron la vida en ese incendio, de los sobrevivientes y sus familiares, pues convocamos este espacio de oración, de exigencia de justicia y de memoria, sobre todo, para que la comunidad juarense no olvide que esto sucedió aquí en nuestra ciudad y que muchas personas siguen siendo violentadas al transitar hacia nuestra ciudad", dijo Alejandra Corona, del JRS.
Seitz por su parte lamentó la tragedia de la estación migratoria del 27 de marzo de 2023; el incendio provocado en el interior del centro y que dejó un saldo de cuarenta vidas calcinadas que desesperadamente intentaron escapar de la reclusión sin éxito debido a que, desde fuera, se mantuvieron cerrados los candados.
"Lo que he escuchado es que los casos no han avanzado y creo que es importante considerar las condiciones de los migrantes encarcelados sin esperanzas, sin noticias y sin derechos, en ese lugar", reconoció el obispo al defender que las víctimas "solo buscaban un mejor futuro para sus familias, al intentar cruzar a los Estados Unidos".
El obispo Seitz pidió que se revise toda la situación, tanto de los que murieron como de los que fueron encarcelados, para que se haga justicia y se les dé tranquilidad a las familias de los migrantes.
A su vez, reveló que en su diócesis, en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, que más de 170 migrantes han muerto en los últimos años en diferentes circunstancias, solo por querer vivir una vida mejor.
"Siento terrible, terrible, cuando una persona decide migrar por cualquier razón, no debe de estar sujeto a la pena de muerte", recalcó Seitz, quien llegó acompañado por otros sacerdotes a la vigilia.
Dijo que en muchos de los casos de migrantes que le ha tocado conocer, ellos vienen huyendo de su lugar de origen para proteger las vidas de sus familias, de sus hijos.
Finalmente, manifestó que el querer proteger a sus seres queridos no es un pecado ni un crimen, por lo que es triste ver que muchos de ellos mueren en su intento, al cruzar por nuestra frontera.