Mazatlán, Sinaloa.- En medio de un contexto marcado por desafíos de gobernabilidad, violencia persistente y una severa sequía, el Nuncio Apostólico en México, Joseph Spiteri, visitó la Diócesis de Mazatlán para transmitir un mensaje de esperanza y unidad. Durante una misa en la Catedral de la Inmaculada Concepción, el representante del Vaticano llamó a la comunidad a “no perder la fe” y a construir paz desde la oración y la solidaridad.
Ante feligreses, sacerdotes, seminaristas y religiosas reunidos en el recinto catedralicio, Spiteri pidió mantener viva la esperanza “incluso frente a las adversidades”. “No es un sueño, sino una certeza arraigada en Dios. Debemos dejar atrás el pasado y trabajar juntos por un futuro en comunión”, afirmó durante la liturgia, previa a la Semana Santa.
El arzobispo maltés, quien ha servido como diplomático vaticano en países como Sri Lanka, Líbano y Costa de Marfil, destacó tres pilares para superar las crisis: formación religiosa, obras de caridad y perseverancia en la oración. “Ayudemos a quienes han perdido la fe”, exhortó, en referencia a los retos que enfrenta Sinaloa, estado afectado por conflictos sociales y una prolongada escasez hídrica.
El obispo de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, agradeció la visita de Spiteri, a quien calificó como “mediador esencial” del mensaje papal. “Su presencia aviva nuestra fe y refuerza la universalidad de la Iglesia”, declaró durante la ceremonia, donde también reconoció la “compleja situación” que vive la entidad.
La llegada del Nuncio Apostólico incluyó un encuentro con la alcaldesa Estrella Palacios Domínguez y una visita al Gran Acuario Mar de Cortés, símbolo de la identidad costera de la región. Sin embargo, el foco de su agenda fue el diálogo con comunidades religiosas, especialmente en zonas rurales donde la sequía ha impactado la agricultura y la vida cotidiana.
Spiteri, políglota con dominio de cinco idiomas, asumió su cargo en México en julio de 2022. Su visita a Mazatlán —explicaron fuentes diocesanas— responde a la relación cercana con Espinosa y a la necesidad de reforzar el tejido social en el sur de Sinaloa, área que históricamente ha enfrentado tensiones vinculadas al crimen organizado y la marginalidad.
En su homilía, el diplomático evitó referencias directas a la violencia, pero instó a “no sentirse agobiados por los retos”. “La paz se construye con paciencia y ayuda mutua”, insistió, mientras recordó su experiencia en naciones afectadas por guerras y desastres naturales.
La arquidiócesis anunció que continuará promoviendo programas de asistencia en comunidades vulnerables, alineados con el llamado del Vaticano a integrar fe y acción social. Mientras, las palabras de Spiteri resuenan en una región que busca, entre crisis y resiliencia, reafirmar su esperanza.