Los alegres miembros de Morena no se dan cuenta, pero al legislar contra quienes no le siguen y apoyan se volverá contra ellos. Sí, así funciona el mundo del poder político.
La ceguera de hacer o legislar en este caso el mal, para quienes se consideran adversarios o enemigos, reales o en potencia, imaginarios por obsesión paranoica, se vuelve o se puede volver contra sus creadores. Este es el caso de las leyes que la pandilla de los poderosos de Morena, han aprobado para nulificar, controlar y callar a sus opositores, a todos quienes los critican o puedan criticarlos, en los medios de comunicación y hasta en su vida privada.
Dicen muchos, utilizando una creencia de religiones orientales, que es “el karma”, que provoca que el mal o el bien hechos se vuelvan hacia ti, para mal o bien según el caso. Pero yo digo que es simple conocimiento de cómo funciona la naturaleza humana, en especial en la política, en el caso que nos ocupa de las reformas legales que buscan afianzar el poder y bloquear a “los adversarios”.
La historia política nos lo enseña, que quienes apoyan a los dictadores y líderes obsesionados con el poder absoluto, eventualmente van viendo cómo esa concentración del poder que apoyaron se vuelve contra ellos. Los legisladores, militares, funcionarios gubernamentales y líderes sociales y políticos que apoyan y crean controles para su grupo, van viendo cómo esos controles, más que servir para perjudicar a quienes no se les someten, sirven al poderoso y a sus más cercanos colaboradores para controlarlos a ellos, los que participan del grupo en el poder, para vigilar que no se sobrepasen, que no piensen en traicionar a la mafia de control político.
Dentro de los grupos de poder insano, ilegítimo, siempre está la duda paranoica de quiénes son leales, fieles, confiables y quienes pueden, se especula, o pueden no serlo. Quiénes planean y se organizan para aumentar su poder desplazando a otros de la misma mafia que controla un país. La traición probable o ya advertida, es más importante de atacar, de acallar, de desmantelar, que las actividades de la oposición política o social.
El “yo te cuido la espalda y tú me cuidas la mía” es decir el encubrimiento mutuo, eventualmente no se respeta, y así se ventilan las violaciones a las leyes, la corrupción, el abuso del poder, para sorpresa del que es traicionado y crucificado pública y hasta penalmente. Y así se puede hacer aplicando la ley penal cuando a alguien le convenga en contra de sus compañeros de transas. Cuando el “entre tu y yo, primero yo y ni modo”. Y si se tienen leyes especiales para ello, es mucho más fácil defenestrar y destrozar social y políticamente a quienes estorban en el uso del poder para beneficio personal, familiar o grupal. “¡Ni modo compadre, eras tú o yo (o nosotros), así es la vida!”
El espionaje de los ciudadanos y en especial de líderes no sometidos será un segundo plano, tras espiar a los propios compañeros que se vean como amenaza o simple estorbo. El mal uso que se puede dar a la información personal de la gente común será superado por el que se dé a los propios mandos y líderes internos de Morena. Así ha sucedido en otras experiencias ajenas.
El monstruo que el doctor Frankenstein creó no se volvió contra él pues no lo creó para atacar a alguien, pero el monstruo de control ciudadano de Morena se volverá contra sus creadores, muchos de los cuales ni siquiera se dan cuenta de que las reformas legales y nuevas leyes que promueven y aprueban podrán ser usadas en su contra, y les caerán por sorpresa y frustración, y hasta les costarán muy caro cuando la Ley se aplique para acabarlos tanto política como hasta penalmente. Esa es la experiencia de otras naciones y lo es conforme a lo que se conoce sobre la naturaleza humana y las consecuencias de hacer el bien o el mal. Se aprende de la historia política del mundo.