León, Guanajuato.- Agradecido con Dios y la Santa Sede porque, tras haber presentado su renuncia al arzobispado de León, hace dos años, el arzobispo Alfonso Cortés Contreras se congratula de que ahora "viene otro hermano apóstol. Estoy muy agradecido a Dios porque venga este hermano obispo Jaime Calderón Calderón. Él viene a habitar con su palabra esta Arquidiócesis de León".
En conferencia de prensa por el nombramiento de su sucesor en la Arquidiócesis Metropolitana de León, sede de la región eclesiástica del Bajío mexicano, Cortés Contreras adelantó un par de mensajes a los feligreses, a las y los consagrados y a los colaboradores en el ministerio sacerdotal:
"Sólo quiero decirles dos últimas palabras: Primero, acojan con fe y generosidad a su nuevo arzobispo... cambiamos las personas pero el ministerio sigue siendo el mismo: vínculo de comunión de Jesucristo [...] La segunda palabra se inspira en el saludo del Señor: 'No tengan miedo, no se aflija su corazón'... sobre todo ustedes, jóvenes: No tengan miedo a nada ni a nadie, no desconfíen de Jesucristo el Señor, que no les asusten las críticas ni las dificultades de sus ambientes" para vivir conforme al Evangelio.
El arzobispo ahora emérito y administrador apostólico de León, reconoció que al llegar a la sede arzobispal recibió "una Iglesia que tiene una tradición espiritual profunda, que tiene en su esencia, en su perfume y alma, el cristianismo que conduce su vida". Dijo que la Iglesia de León está plantada en una sociedad fecunda aunque no deja de tener problemas como toda sociedad.
"Estoy agradecido con Dios nuestro Señor por las experiencias en las que me ha llevado... pongo en sus manos todo lo anterior y lo importante para mi ahora es vivir con calidad, con dignidad", compartió.
A pregunta expresa, Cortés Contreras adelantó que continuará con el servicio a la Iglesia católica universal como miembro del Dicasterio de Cultura y Educación en el Vaticano: "De hecho estoy convocado para noviembre próximo que se tiene una Asamblea Plenaria, ese trabajo lo seguiré haciendo con el favor de Dios". Pero además, también continuará hasta noviembre próximo -cuando se renueven cargos y servicios en la Conferencia del Episcopado Mexicano- como titular de la Dimensión Episcopal de Pastoral Educativa y de Cultura donde, aseguró, hay varios proyectos en proceso.
"Actualmente, tenemos un proyecto para padres de familia, para ayudarlos, capacitarlos, para que sepan atender esas necesidades de tantos niños que no volvieron a la escuela [después de la pandemia]. Y de tantos adolescentes que están dañados, dolidos por lo económico, en sus conocimientos y afectados en su mismo sentimiento de seguridad".
El segundo proyecto, confió, consiste en escuelas emergentes para trabajar desde las parroquias para reconducir a los niños a la escuela y a los centros educativos. El último de los proyectos mencionados por Cortés se trata de la gestión de un diplomado que se lleva por nombre Filosofía del Arte y la Belleza. "Estamos consiguiendo maestros de la Universidad Pontificia Gregoriana en Roma, del Museo del Prado en España, del Museo del Vaticano y del Museo Soumaya en México".
Para Cortés Contreras, el proyecto cultural de la Iglesia es un baluarte a desarrollar y potenciar en la actualidad: "Yo quisiera una Iglesia, un Evangelio más cultural. Me refiero a lo social, a la salud, a la ecología, a la familia. Deseo una Iglesia donde la cultura sea Evangelio, sea forma de vivir. La Iglesia tiene que volver a sus fuentes, a su origen, a significar... es decir, como mencioné: 'debe habitar su Palabra'. Cuando uno 'habita su palabra' no tiene una conciencia fragmentada, no dice una cosa y hace otra", explicó.
En las próximas semanas y hasta el 19 de agosto, día de la toma de posesión de Jaime Calderón Calderón como tercer arzobispo de León, Alfonso Cortés mantendrá actividades como administrador apostólico; después de eso, anunció que se mudará a Monterrey, su tierra natal, para continuar sirviendo a la Iglesia porque "se necesita una Iglesia misionera, moderna, que sepa leer los signos de los tiempos y que sepa hacer comunión. Creo que la Iglesia debe ser una antena para oír ese rumor de las necesidades, de los gozos y las alegrías de todas las comunidades", concluyó.