Ciudad de México.- Pueblos de la diócesis de Apatzingán, que están entre los más lastimados y vulnerables por la violencia criminal en México, peregrinaron con fervor y "con todas esas cargas" al Santuario del Tepeyac de la Virgen de Guadalupe para elevar plegarias por la paz y porque retorne la paz a la región de la Tierra Caliente en el estado de Michoacán.
El pasado 8 de noviembre, liderados por su obispo Cristóbal Ascencio García, los fieles de esta región particularmente lastimada por la violencia criminal en Michoacán no dejaron de peregrinar como cada año hasta la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México; ahí, en la celebración eucarística, oraron por la paz y por la reconciliación.
La diócesis de Apatzingán, afincada en una buena parte de la Tierra Caliente michoacana y algunas serranías donde operan células de diferentes cárteles del crimen organizado, decidió realizar su peregrinación diocesana anual bajo el lema "Peregrinos que claman por la paz". El obispo, el clero y los fieles peregrinos elevaron preces a los pies de la Virgen Morena de Guadalupe para que Dios les conceda la paz tan anhelada durante décadas.
La diócesis de Apatzingán se encuentra en una región especialmente estratégica para la producción y tráfico de drogas que diferentes grupos criminales se disputan; además, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal califica a varias ciudades circundantes de la diócesis como las más violentas del mundo. La situación en la región ha sido tan apremiante que en 2021, el entonces nuncio apostólico en México, Franco Coppola, acudió al corazón de esta tierra para hacer llegar un saludo del papa Francisco a los fieles y pobladores de Apatzingán
En aquel entonces, el obispo Cristóbal Ascencio había compartido con el enviado pontificio la situación apremiante de violencia en la región; ahora, dos años más tarde, las necesidades siguen teniendo carácter de urgencia: "Tenemos mucha necesidad de paz en mi diócesis, porque la vida se vuelve imposible para muchas personas y comunidades", aseguró el pastor en entrevista para ACI Prensa.
En la misa con los peregrinos, el obispo aseguró que es testigo de cómo muchas "comunidades campesinas de varias parroquias están sufriendo por la violencia, personas inocentes sufren y son desplazadas".
Por ello, hizo un especial llamado a la paz: "Venimos cargados con todo esto que traemos, a pedir la paz. Somos peregrinos que piden la paz a Dios: ¡Queremos paz! Así que este grito llegue hasta el cielo y hacia todos nosotros para que colaboremos en sembrar paz en nuestras comunidades", clamó.
En su reflexión homilética, Ascencio García pidió por quienes sufren de inseguridad y violencia; y especialmente por aquellos que, por las condiciones de inseguridad, han sido desplazados de sus hogares y regiones de origen.
"Hemos venido a pedirle a la Virgen que ilumine los corazones y dé esperanza a aquellos que están sufriendo lo indecible, y que ilumine los corazones de todos, para que seamos sembradores de paz; y que ilumine las mentes y los corazones de los responsables de la seguridad ciudadana", expresó.
Antes de volver a su tierra, los peregirnos de Apatzingán fortalecieron su espiritualidad con una visita al Santuario de Cristo Rey, en el Cerro del Cubilete, en Guanajuato; y una estancia más en el Santuario de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos, en Jalisco. (Información ACI Prensa, Ana Paula Morales)