Cancún, Q. Roo.- El obispo prelado Pedro Pablo Elizondo Cárdenas anunció que el próximo 21 de noviembre, el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, acudirá a la demarcación para testimoniar y celebrar la elevación de la prelatura de Cancún-Chetumal en diócesis territorial con todas las prerrogativas y obligaciones que supone el cambio de jurisdicción canónica.
"Queridos hermanos, estamos a unas semanas de la gran celebración del jubileo de los 50 años de esta Iglesia particular. Es tiempo de acción de gracias, es tiempo de bendecir a Dios, es tiempo de alabarlo y de glorificarlo. A este gran acontecimiento del jubileo de los 50 años se añaden otros dos motivos de acción de gracias: la elevación de esta prelatura de Cancún-Chetumal al grado y dignidad de diócesis y el inicio del servicio pastoral del nuevo obispo diocesano", compartió el obispo en su mensaje dominical.
La elevación de la prelatura en diócesis había sido planeada para el segundo trimestre del 2020; sin embargo, debido a la pandemia, la celebración tuvo que ser pospuesta; además, el propio Elizondo Cárdenas fue diagnosticado positivo en coronavirus SARS-Cov2 a mediados de julio. El obispo Elizondo ahora ha definido que en la víspera de la solemnidad de Cristo Rey del Universo se realice la ceremonia de elevación diocesana y el inicio del servicio pastoral del nuevo obispo diocesano.
Elizondo Cárdenas afirmó que la ceremonia debe ser una oportunidad para hacer memoria de los 50 años de la prelatura: "Agradecer de las iglesias nuevas construidas en estos 50 años, de 7 parroquias pasaron a ser 74. Cuántos sacerdotes que han servido en esta Iglesia particular, de 7 sacerdotes pasaron a ser 147. Cuántos religiosos y religiosas que como misionero han venido a servir a esta Iglesia Particular. El último motivo de gran júbilo y agradecimiento ha sido el Seminario Mayor que cuenta con 61 alumnos".
Finalmente, el obispo aseguró que también será una oportunidad de fortalecer el compromiso: "Comprometernos a llevar adelante esta Iglesia por los caminos que Dios quiere. Es una misión que nos toca a todos. La Bula con la que se creó esta Iglesia hace 50 años comienza con estas palabras 'Qui ad Beati Pauli Apostoli similitudinem' es decir, “quienes a semejanza del apóstol San Pablo, tienen la preocupación por las iglesias y el celo pastoral”. Estas palabras son la gran inspiración para comprometernos a llevar adelante la misión que se nos confía. Solo con un celo apasionado como el de San Pablo, realizaremos la misión encomendada".
"Es una gran bendición, es un gran privilegio, es un gran don, pero al mismo tiempo, es una gran responsabilidad de seguir creciendo admirablemente y logrando fortalecer la diócesis que Dios Nuestro Señor quiere: Una Iglesia en salida misionera, una Iglesia samaritana, una Iglesia misericordiosa, una Iglesia activa en sus fieles laicos", concluyó.