Morelia, Michoacán.- Apelando a "un contexto marcado por el aumento de la violencia criminal", el gobierno de Michoacán y dos miembros eminentes de la Arquidiócesis de Morelia iniciaron un acercamiento público para construir "puentes de diálogo", aunque persisten diferencias fundamentales en el enfoque para lograr la pacificación.
El secretario de Gobierno estatal, Raúl Zepeda Villaseñor, sostuvo una reunión con el cardenal emérito Alberto Suárez Inda y el arzobispo coadjutor Armando Álvarez Cano. Según informó el propio gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, el objetivo fue "reforzar y construir puentes de diálogo con la Iglesia católica, así como con las organizaciones sociales y religiosas".
"Veo atinada la decisión de reunirse con el cardenal y el arzobispo para un diálogo estrecho y para una relación constante y fija, y crear puentes de diálogo", declaró Ramírez Bedolla, enfatizando la búsqueda de colaboración institucional.
Este acercamiento ocurre días después de que el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, alertara sobre el recrudecimiento de la violencia en el estado. En referencia al reciente ataque incendiario contra la vivienda de Diana Caballero Romero, alcaldesa de Queréndaro (donde afortunadamente no hubo víctimas), Garfias Merlos expresó: "Tristemente... pareciera que se ha recrudecido la violencia, por el conflicto entre los mismos delincuentes y con las autoridades".
La reunión destaca una voluntad de coordinación, pero también subraya una profunda divergencia estratégica. Por un lado, el arzobispo Garfias Merlos ha reiterado en múltiples ocasiones la necesidad de construir estrategias integrales para la paz, llegando a plantear abiertamente la posibilidad de diálogo con el crimen organizado como vía para reducir la inseguridad que afecta vastas zonas de Michoacán.
Por el otro lado, el gobernador Ramírez Bedolla ha rechazado algunas propuestas que el arzobispo ha hecho en el orden de la construcción y diálogo por la paz, en específico en el diálogo con . Su administración mantiene una postura de enfrentamiento directo con las organizaciones criminales, respaldada por operativos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y la Guardia Civil. Datos oficiales citados reportan un aumento de criminales ultimados en enfrentamientos, de hecho 94 muertos de enero a julio de este año.
Por ello, el gobierno busca fortalecer lazos institucionales con el cardenal emérito y el arzobispo coadjutor de Morelia para mejorar las acciones coordinadas dentro de su marco de "combate frontal". En nombre de la Iglesia local, se ha insistido en que la solución requiere explorar vías adicionales al uso de la fuerza, argumentando que la violencia solo genera más violencia.
La construcción de estos "puentes" entre autoridades civiles y religiosas representa un reconocimiento mutuo de la gravedad de la crisis de seguridad en Michoacán. Sin embargo, el desacuerdo sobre la inclusión o exclusión de diálogos con actores armados no estatales sigue siendo un tema complejo que separa ambas visiones para alcanzar la paz anhelada por una población fuertemente afectada.
La efectividad de este nuevo canal de comunicación dependerá de si logra traducirse en acciones concretas que aborden las causas profundas de la violencia, más allá de las diferencias tácticas que, por ahora, persisten.