Un amigo me pidió hace unos meses que escribiera acerca de Venezuela en estos Pensamientos Sabáticos. Creo que la semana en la que la opositora venezolana María Corina Machado, ex alumna de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, de los jesuitas, ha recibido el Premio Nobel de la Paz es una buena ocasión para hacerlo.
He leído en estos últimos años dos libros muy buenos sobre Venezuela: Preso pero libre. Notas desde la cárcel del líder venezolano (2016), del opositor Leopoldo López, y Nos quieren muertos (2023), de Javier Moro, sobrino de Dominique Lapierre y tan buen escritor como él, incluso mejor.
Ambos libros son excelentes, y ambos versan sobre Leopoldo López, candidato a la presidencia del país. López fue injustamente detenido por la dictadura populista de Nicolás Maduro, encarcelado, torturado, después confinado en su casa, y de allí pudo huir a España, donde reside actualmente con su esposa, Lilian Tintori, una mujer tan extraordinaria como él. A Lilian, muy hermosa, los carceleros le hacían desnudarse cuando visitaba a su marido en prisión: esa es la Venezuela de Maduro.
Leopoldo López permaneció en prisión de 2014 a 2017. Allí escribió clandestinamente su libro Preso pero libre, cuyos manuscritos logó sacar de la cárcel gracias a amigos y familiares. En 2017 se le concedió el arresto domiciliario. En 2019 lideró el levantamiento contra Nicolás Maduro, que lamentablemente fracasó, tras lo cual, y seguro de que iba a ser encarcelado de nuevo, se refugió en la embajada española en Caracas, de donde logró escapar a Madrid en 2020. Su salud está deteriorada como consecuencia de las torturas que sufrió en la prisión chavista.
Durante décadas gobernó América Latina una élite blanca y de derechas con el apoyo de los respectivos ejércitos nacionales y de administraciones americanas como la de Nixon, Reagan y Bush padre, entre otras.
En los años noventa, tras la caída del muro de Berlín y el asesinato de los jesuitas de la UCA (ambos eventos en noviembre de 1989), con el consiguiente cese de la ayuda norteamericana a las dictaduras militares del subcontinente, fueron llegando las democracias a América Latina y el Caribe. Ahora bien, la formalidad democrática debe ir acompañada de la cultura democrática, y eso lamentablemente no ha pasado en muchos países latinoamericanos, con lo que al final no tenemos ninguna de las dos.
En Bolivia, Perú, Venezuela, Nicaragua y otros países empezaron a ganar las elecciones políticos de izquierda que sociológicamente representaban a las clases más desfavorecidas de sus respectivos países: excelente noticia. Lamentablemente, cundió la idea del “¡ahora nos toca a nosotros!”, que ha resultado ser espantosa.
Las falsas democracias y los sistemas populistas han ido proliferando en la región, con lo que hemos pasado de las dictaduras de derechas de antes a las de izquierdas de ahora, y entre unas y otras no hay absolutamente ninguna diferencia, como comenté en mi Pensamiento Sabático, “La revolución institucionalizada, un oxímoron”. Por si esto fuera poco, se ha dado una reacción con gobiernos populistas de derechas, como Bolsonaro en Brasil o Milei en Argentina.
María Corina Machado ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025 por su trabajo en favor de los derechos humanos, la democracia y las libertades en Venezuela. Permanece oculta en su país, sabedora de que si fuera detenida y apresada en una cárcel de Maduro, lo que sufriría sería todavía peor, por ser mujer, que aquello por lo que tuvo que pasar Leopoldo López. Pero no ha dejado su país. Sigue ahí. Muy valiente. Una excelente noticia la de este Nobel de la Paz para este movimiento de opositores venezolanos que no luchan por un regreso a las dictaduras de derechas, sino por las libertades de todos.
Y es sabido que Maduro anda metido en negocios sucios con el petróleo venezolano y el narcotráfico; pero eso a nadie sorprende. El día que caiga ―porque caerá―, huirá forrado de dinero a un país amigo: Nicaragua, Cuba u otro parecido. ¿Tal vez México? Y desde allí seguirá con su verborrea populista de izquierdas viviendo a todo tren.

