Santiago de Chile.- Ante la nueva iniciativa de ley en la Cámara de Diputados chilena que ya ha aprobado un proyecto que legaliza el aborto hasta las 14 semanas de gestación, la presidencia de la Conferencia Episcopal de Chile se ha pronunciado contra las argumentaciones que los grupos políticos utilizan para terminar con la vida de los no nacidos.
Los obispos chilenos han emitido un pronunciamiento en el que sentencian: "Lamentamos profundamente esta decisión y reafirmamos, ante la opinión pública, valores esenciales que en este tema están en juego".
En nombre del episcopado nacional, el Comité Permanente del organismo recuerda que la Iglesia defiende "el valor de la vida y la dignidad de la persona humana son un fundamento esencial e irrenunciable de la vida en la sociedad".
Los obispos también citan al papa Francisco: "El primero de los derechos humanos es el derecho a la vida, que ha de ser respetada desde la concepción hasta la muerte natural".
En su mensaje, recordaron que desde 2015 apelaron a la postura científica que defiende el inicio de la vida en el momento de la fecundación, y que en este momento continúa vigente la petición de "respeto incondicional a la vida humana es lo que debe guiar cualquier consideración ética, legislativa, humana y sanitaria ante la realidad de un embarazo no deseado".
Con todo, los obispos reconocen que existen situaciones humanas complejas, y a veces dramáticas, que pueden surgir de un embarazo pero insisten en que "nada de ello se soluciona con la eliminación deliberada de un ser humano indefenso e inocente"; en ese terreno insisten que la sociedad continúe abogando por el cuidado de los más débiles como parámetro que define el talante de una sociedad.
Según el comunicado, este tipo de legislaciones promovidas casi en todo el mundo, al principio se plantean como una excepción, hacen que se cree "una mentalidad contraria a la vida de la persona engendrada, como si el niño fuera una cosa o un enemigo, y no un ser humano, maravilloso don de Dios"; después, las leyes son más audaces para poder eliminar a los bebés en el embarazo en cualquier punto de desarrollo.
El problema, dicen los pastores, es que esta mentalidad trasciende a otros espacios de la vida; como se constató en el pasado ataque a los inmigrantes en Iquique: "Si la dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario, consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad".
En sus palabras, los obispos chilenos insisten en la inmoralidad del aborto, algo que está "entre las enseñanzas constantes de la Iglesia", citando al papa Juan Pablo II, que definió el aborto como "un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente".
Finalmente, los obispos chilenos piden que el Señor "ilumine la conciencia y los corazones de quienes deben tomar decisiones en favor del bien común, para que defiendan siempre a los más vulnerables" y encomendaron a la Virgen María "todo cuidado y promoción de la vida humana" (Con información Prensa Celam).