Managua, Nicaragua.- Agentes y defensores de derechos humanos del continente americano mantienen una denuncia al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua por los graves atropellos a los derechos civiles de sus ciudadanos así como la detención ilegal y arbitraria de ministros católicos. Los especialistas no dudan en calificar como un acto directo de persecución contra la Iglesia católica perpetrado por un régimen dictatorial y violador de derechos humanos.
La especialista en transparencia y anticorrupción, Martha Patricia Molina, abogada, confirmó que actualmente hay 18 ministros de culto católicos detenidos en Nicaragua, entre los que se encuentran seminaristas, sacerdotes y obispos.
Uno de ellos, es Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa, quien fue detenido ilícitamente a mitad de la madrugada en la residencia episcopal y mantenido incomunicado durante largas horas, luego de haber sido sitiado en la propia catedral durante varias jornadas. Después, en un juicio sumario fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión bajo el delito de traición a la patria.
Molina explica que, la fuerza pública de Ortega realiza detenciones particularmente enfocadas en ministros de culto, párrocos y capellanes de colonias y regiones de la nación centroamericana. Después, aunque son puestos en libertad, no dejan de ser vigilados e intimidados permanentemente.
El Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción presentó el estudio "Nicaragua, ¿una Iglesia perseguida?” los defensores de derechos humanos han documentado 772 ataques contra los ministros de culto y fieles católicos desde abril de 2018 hasta diciembre pasado: "Solamente en 2023 se realizaron 307 agresiones y lo hemos catalogado como el año más sanguinario en contra de la Iglesia”.
Para Martha Patricia Molina, en Nicaragua no existe Estado de Derecho, división de poderes ni institucionalidad.
“Todos los poderes del Estado están subordinados en este momento, aunque así no lo establece la ley, a los dos dictadores: Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo. La ley en Nicaragua son ellos dos.”
Desde el 2018, el Papa Francisco ha pedido la liberación de los integrantes de la Iglesia católica detenidos en ese país.