Tula, Hidalgo.- En una de las localidades hidalguenses más afectadas por el COVID-19 y los estragos meteorológicos del 2021, la Iglesia católica desarrolla trabajo de recuperación del tejido social.
El epicentro de este servicio es la parroquia de San Francisco de Asís en Tepeji del Río; su párroco, Miguel Ángel Rangel Ordoñez expresó a los medios de comunicación que debido a que la pandemia "ha generado efectos adversos" es necesario apoyar a la población para que superen paulatinamente los sentimientos de ansiedad, desconfianza, temor o depresión.
En entrevista con Milenio Diario, el párroco Rangel Ordoñez confirmó que -como pastor de almas de esta población hidalguense- conoce los efectos adeversos en materia espiritual entre los habitantes de su localidad: "Lo espiritual es lo más noble del ser humano; entonces, nuestra gente tiene dolor, tiene desconfianza, tiene ansiedad, depresión, angustia y miedo... todo eso está perjudicando a nuestra gente y si nosotros no ofrecemos esos espacios para que la gente recupere su fuerza, su esperanza, su entusiasmo, la gente se va a morir, no por el virus, sino por el desaliento y la decepción".
Desde la parroquia y los movimientos de laicos, la Iglesia perteneciente a la Diócesis de Tula ha procurado acciones para recomponer el tejido social gravemente dañado por la pandemia y por fenómenos meteorológicos (en 2021, las inundaciones afectaron material y emocionalmente a los pobladores). Entre estas acciones se encuentra el taller que ofrece el Servicio Jesuita Mexicano, el cual procura la recomposición social en zonas que presentan problemáticas.
El sacerdote asegura que estos trabajos forman parte de los servicios de la pastoral social, la cual trabaja "con movimientos, asociaciones y ayuda mucho en esta línea de reconstruir el tejido social", afirmó.
No obstante, el sacerdote Rangel está convencido de que mientras la gente vuelva paulatinamente a a las iglesias para fortalecer su aspecto espiritual, parte de ese tejido socila irá recuperándose lentamente.
Con todo, advirtió que aún el templo tiene el compromiso de garantizar la seguridad sanitaria tanto de los actos litúrgicos como de las actividades de pastoral social mediante las prácticas sanitarias preventivas contra el virus SARS-Cov2:
"La gente está regresando a las iglesias, en Navidad la gente vino, respetó la sana distancia, y sólo ocupó los espacios permitidos; sin embargo sí hay más dificultad en los sepelios, ahí sí se desborda la gente", coemntó el ministro.
Rangel Ordoñez dijo que la parroquia actúa con responsabilidad y por ello pidió a un grupo de adultos mayores que se mantengan en sus viviendas para evitar que se contagien. (Con información diario Milenio)