Chilpancingo, Guerrero.- En el marco de la jornada de oración por la paz, especialmente por la conversión de los victimarios, el obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, pidió no quedarse callados ante los hechos de violencia que se padecen en el país.
"A mí me han dicho familiares de desaparecidos: ‘Obispo, no puedo denunciar, ni pedir justicia, porque a mí también me va a pasar lo mismo’. Así que los que podemos hablar, debemos hablar, no podemos quedarnos callados", afirmó el obispo en una simbólica celebación eucarística sobre la plaza central de Chilpancingo.
Minutos previos a la misa, un centenar de personas realizaron una marcha de la alameda local al zócalo; llevaron pancartas e imágenes con una central exigencia de paz.
En la celebación, el pastor lamentó la realidad local en Guerrero donde existen "muchísimos asesinatos y la sociedad no puede quedarse de brazos cruzados"; en su reflexión, reconoció que percibe en la sociedad "mucho rencor y tristeza" que se agudizan por el proceso de violencia en México. Por ello, convocó a una verdadera reconciliación.
En su llamado, obispo convocó a todos los actores sociales, políticos, empresarios, religiosos y, muy especialmente a las autoridades civiles para trabajar "en mejorar las condiciones de la población, y a los que ostentan el poder a no abusar de los pobres, de los que menos tienen".
"Los guerrerenses son resistentes. Llevo tres meses, pero he visto que la gente es buena, trabajadora, pero acá mucha gente está sobreviviendo, la gente es aguantadora, ¿cuánto tiempo va aguantar? Ya no queremos más sangre, más muertes", compartió.
González Hernández recordó que la educación, principalmente de niños y adolescentes, es un factor importante para evitar signos de violencia en la región. Habló incluso de una 'reeducación' de la sociedad sobre los valores que construyen comunidad en lugar de afectarla.Señaló que una de las salidas es la reeducación de la sociedad y de los niños.
"Debemos cambiar a la sociedad, a los niños, sobre todo, educarlos de otra manera, ahora no confiamos en nadie. Apenas habla del buen samaritano que se detiene a ayudar, pero a veces ni el obispo se detiene, porque no se sabe si de verdad es una víctima o maleante", dijo.
Al final de la celebración, el obispo comentó sobre las actualizaciones del caso de agresión criminal contra el sacerdote local Felipe Vélez Jiménez sucedido el pasado 28 de julio en Chilapa. Aseguró que el religioso aún se encuentra delicado de salud, fue trasladado a un hospital de Cuernavaca, Morelos, y áun se espera que lo intervengan quirúrgicamente tras el disparo que recibió. Compartió que, hasta el momento, ninguna autoridad ministerial le ha informado avances en el móvil del ataque.
(Información El universal)