Nuevo Laredo, Tamaulipas.- La Iglesia católica en la frontera norte de México y la Casa Migratoria Nazareth de la Diócesis de Nuevo Laredo acusaron a los gobiernos de Estados Unidos y México de “comportamiento bipolar” frente al fenómeno de la migración.
“Lamentablemente México respondió a los intereses de Estados Unidos y su política anti-inmigrantes”, acusó el obispo Enrique Sánchez Martínez.
La diócesis fronteriza reconoció que, en los últimos años, la migración ha sido convulsionada por situaciones que pretenden obstaculizarla o reprimirla. Sánchez Martínez reflexiona: “Parece que el trastorno bipolar que padecen las políticas migratorias y las convulsiones que la han caracterizado, se han acrecentado en modo especial por los intereses económicos que son cada vez más ambiciosos y que ven en la migración no una oportunidad de desarrollo, sino una invasión por parte de delincuentes, transformando así la migración en un delito”.
En un comunicado firmado por el obispo de Nuevo Laredo y el religioso Julio López, director de la Casa del Migrante Nazareth; la diócesis reconoció a los fieles y ciudadanos que durante las primeras caravanas migratorias dieron muestras de apoyo en todo el país, pero lamentó que también se hicieron presentes expresiones xenofóbicas y discriminatorias.
“Tanto el gobierno mexicano como el de Estados Unidos dejaron ver su comportamiento bipolar frente al fenómeno de la migración. México pasó de ser la casa de puertas abiertas a implementar una política de retención y control sin precedentes”.
Sánchez Martínez critica que estas medidas han favorecido el desarrollo de una atmósfera hostil que criminaliza la migración, que la orilla a la clandestinidad y la deja a merced de los traficantes de personas.
El pasado 2019, apuntan, ha sido el año con un mayor flujo migratorio para la Casa Nazareth. Se atendieron 13 mil 709 personas de un total de 37 nacionalidades: “Nos encontramos frente a diversas realidades migratorias: migrantes en tránsito, migrantes solicitantes de asilo en estados unidos, solicitantes de retorno asistido a sus países de origen, emigrantes retornados, del mal llamado programa de protección a migrantes, y un constante y elevado número de mexicanos deportados de los Estados Unidos”.
En la Casa del Migrante Nazareth se atendieron 11 mil 140 hombres y 2 mil 569 mujeres para un total de 13 mil 709 huéspedes, mil 485 personas más que en el año 2018. El 2019 fue el año de mayor flujo migratorio en los 16 años de historia de la Casa que suma un total 148 mil 192 migrantes atendidos.
Del total de personas recibidas el año pasado, 942 fueron menores de edad, lo que representa un incremento del doble de menores en relación con el 2018. De los 13 mil 709 que recibieron en el año, 11 mil 424 son mexicanos deportados de Estados Unidos y 2 mil 285 migrantes en tránsito y retornados del Programa de Protección a Migrantes. De los migrantes en tránsito, se atendieron mil 825 extranjeros y 460 mexicanos. La Iglesia ayudó a que mil 94 personas solicitaran asilo.
“Vemos con preocupación las cifras presentadas por el Secretario de Relaciones Exteriores al señalar que en 2019 la Comisión Mexicana de Atención a Refugiados (COMAR) ha recibido 66 mil 915 solicitudes de asilo de las cuales ha otorgado tan solo 2 mil 124. Es preocupante de lo que va a pasar con los otros 64 mil 791, pues muchos de ellos van a terminar viviendo en la clandestinidad y víctimas de la explotación, y los demás simplemente engrosaran las filas del crimen organizado”.
El obispo Enrique Martínez y el religioso Julio López adelantaron que ante la Caravana Migratoria del 2020 continuarán con los esfuerzos para brindar hospedaje, alimentación, artículos de higiene personal, atención médica y psicológica, asesoría legal, atención espiritual, traslados, contacto con los familiares a través del servicio de teléfono e internet.