Ciudad de México.- El Observatorio Nacional de la Conferencia del Episcopado Mexicano ha presentado un Protocolo de Seguridad para Centros de Atención al Migrante administrados por instituciones católicas. Un esfuerzo para atender delitos e incidentes que ocurren en uno de cada dos dichos centros.
Durante el encuentro virtual para coordinadores diocesanos de movilidad humana, directores de Centros de Atención a Migrantes y agentes de pastoral migratoria, la Iglesia católica presentó un manual para promover la seguridad los espacios de servicio y atención a personas en condición de migración
“El objetivo ha sido crear un conjunto de procedimientos de actuación ante las amenazas prioritarias a las que están expuestas los agentes en acompañamiento pastoral a migrantes”, expresó el director del Observatorio Nacional de la CEM, Daniel Lavariega Moncada.
El protocolo además busca prevenir el impacto negativo que situaciones de riesgo pueden provocar entre los agentes de pastoral y los migrantes que se encuentran en los centros de atención vinculados a la Iglesia católica.
Entre las 20 situaciones de riesgo identificadas por el Observatorio se encuentran: accidentes, lesiones graves, amenazas de bomba, fugas de gas, secuestro, extorsión, hostigamiento, amenazas físicas o verbales, fallecimiento de una persona en el centro, espionaje del crimen organizado, detenciones arbitrarias, trata de personas, violación sexual e incluso robo común. Pero también medidas de prevención de contagios por coronavirus y COVID-19.
El protocolo está basado en tres documentos referenciales: el Protocolo de intervención y manejo de emergencias y desastres de la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Cáritas Mexicana y Catholic Relief Services; más el Protocolo de Seguridad en Caravanas de Migrantes preparado por las Misioneras de san Carlos Borromeo Scalabrinianas; y el documento sobre los desafíos de la migración y los albergues como oasis elaborado por la CNDH y la UNAM.
El diseño del protocolo es tipo manual, sencillo y práctico para que los albergues y centros de refugio a migrantes puedan seguir las recomendaciones para salvaguardar el bienestar de los agentes de pastoral y los migrantes en tránsito.
Cecilia Suárez, jefa de la oficina Catholic Relief Services en México, felicitó el trabajo del observatorio y de la iglesia mexicana por la promoción de medidas de seguridad: “Tenemos que mejorar nuestra capacidad de atención en un contexto que se trasforma y cambia muy rápidamente. El contexto actual ya es muy diferente. Tenemos la responsabilidad y el reto de estar capacitándonos y encontrar formas para trabajar mejor”.
Suárez destacó que los temas como violencia de género, agresión a las familias, a los adultos mayores y personas lgbt; o fenómenos como la trata de personas obligan a las instituciones a mejorar sus protocolos de actuación:
“Tenemos que aprender tres cosas: Mantener la calma, actuar con prontitud y apegarnos al plan establecido. Tenemos que adquirir la costumbre para estar muy actualizados y reconocer los riesgos actuales”, indicó Suárez.
Durante la presentación, se ejemplificó el uso del protocolo en casos de balacera: “¿Qué hacer en caso de balacera? … Ponerse en contacto con autoridades de Protección Civil y redes ciudadanas. Instaurar un comité de protección civil y seguridad que identifique áreas seguras resistentes a armas de fuego dentro del centro de asistencia migratoria, organizar que los migrantes seleccionados por el comité sean quienes protejan a los más vulnerables. Brindar capacitación y ayudar al conocimiento de primeros auxilios. Durante la balacera evitar correr, recostarse en el piso de preferencia boca abajo, controlar el miedo y nerviosismo, mantener comunicación con la red de vecinos, evitar actos imprudentes como tomar video o fotografías del incidente; y, si hubiera heridos, proporcionar servicios de primeros auxilios, llamar a los servicios de paramédicos y seguir las instrucciones de las autoridades”.