Ciudad de México.- La Iglesia católica mexicana ha manifestado su preocupación tras la aprobación en el Senado de la República del dictamen que legalizaría la marihuana en su comercialización, especialmente por el uso recreativo introducido en el planteamiento legislativo: "Nos referimos a lo que se denomina 'uso lúdico', no a los derivados para enfermedades. La iniciativa se votó en medio de manifestaciones exclusivamente de grupos que deseaban su legalización, sin un debate público plural y -sobre todo- sin escuchar a especialistas en la materia", critica el episcopado nacional.
A través de un comunicado de prensa, la Conferencia de Obispos de México (CEM) afirma que la aprobación "genera legítimas preocupaciones. Acerca del uso recreativo de la marihuana y de otros productos psicoactivos derivados del cannabis, los profesionales de la salud y numerosas personas que han sido consumidores, atestiguan que su uso, en cualquier cantidad y presentación, reduce significativamente el dominio sobre las propias acciones, y ponen al consumidor en situación de riesgo grave para sí y para otros".
Afirman que la iniciativa "no atiende el problema de raíz": "El problema no es poner reglas y condiciones para el uso de la marihuana. Lo que vemos más bien es un cambio sustancial en nuestra capacidad de ser solidarios y pensar en el bien de los demás como un bien para nosotros mismos. Se abandona una política de promoción y protección de la salud por satisfacer los intereses de unos pocos. La salud y el bien común dejan de constituir un bien prioritario, y ceden su lugar a los gustos de individuos aunque pudieran causar un daño a terceros. Importaron más los reclamos de libertad sin responsabilidad de algunos pocos, por encima del bien general de la salud. Importaron más los anhelos individuales de un grupo y se pagó el precio de las consecuencias para todos, pero sobre todo para niños y jóvenes. Importó más la indiferencia de unos que la corresponsabilidad colectiva por el bienestar de la mayoría".
Los obispos católicos se preguntan cuáles son las verdaderas motivaciones que guían a las autoridades y a los legisladores para aprobar estas iniciativas: "Ahora se habla del cannabis. Mañana serán otros temas en los que unos pocos pueden afectar al bienestar de todos".
La Iglesia puntualiza que la iniciativa aprobada "no atiende los daños a la salud surgidos por el consumo cada vez mayor de la marihuana, no atiende los efectos en las familias, por los jóvenes que consumen drogas, tampoco contribuye a inhibir y reducir la exposición a sustancias estupefacientes. Vemos una señal de una política de estado que ignora al débil y descarta a quienes deberían ser más tutelados. La legalización de un estupefaciente, sea este u otro, significa voltear la vista e ignorar las necesidades reales de la sociedad, y más aún en el contexto actual de la pandemia de COVID-19, la crisis económica y la crisis de inseguridad".
Finalmente, los obispos hicieron un exhorto a los ciudadanos a tomar una postura responsable ante las consecuencias que abre la posible legalización de la cannabis:
"Exhortamos especialmente a los adolescentes y jóvenes a no dejarse llevar por la permisividad levantada por estas normas que permiten narcotizar a la ciudadanía. Invitamos a todas las personas a informarse acerca de las consecuencias que el consumo de cannabis causa en la salud y a informarse y reflexionar acerca de los fines profundos que este tipo de propuestas buscan y de las implicaciones que estas decisiones tienen en otros ámbitos de la vida del ser humano y de la sociedad".