Madrid, España.- El obispo de Getafe y presidente de la Fundación Pablo VI, Ginés García Beltrán, calificó la crisis de acceso a la vivienda como una "emergencia social" durante la clausura del XXX Curso de Doctrina Social de la Iglesia. En su discurso, afirmó que este desafío requiere la implicación de "instituciones públicas, sector privado, responsabilidad individual y colectiva y la propia Iglesia".
García Beltrán definió la vivienda como un "derecho humano fundamental" que no puede considerarse "un lujo ni un privilegio, sino una exigencia básica de la dignidad de la persona". Citando textos bíblicos y magisterio pontificio, señaló: "El acceso a una vivienda digna está profundamente vinculado a la dignidad, la protección y el sentido de pertenencia".
El prelado instó a analizar la situación "desde los márgenes, desde los que viven en infraviviendas, desde las familias expulsadas por la especulación, desde los jóvenes sin acceso al alquiler, desde los ancianos que habitan en soledad". Subrayó la necesidad de mirar especialmente a "aquellos a los que la indiferencia ha convertido en invisibles".
En su diagnóstico, García Beltrán mencionó factores estructurales: "La evolución del mercado inmobiliario, el impacto de las políticas públicas, el crecimiento de la exclusión habitacional" y cuestionó "el modelo de ciudad que estamos construyendo y cómo ésta afecta directamente al bienestar integral de las personas".
El obispo describió realidades documentadas en parroquias: "Familias que acuden a nosotros porque han perdido su hogar, o los que vienen de otros lugares y difícilmente los encuentran, o teniendo un trabajo no pueden encontrarla por los precios". Ante esto, afirmó que la Iglesia actúa "no como experta en urbanismo, sino como madre que acoge y consuela".
Citando al papa Francisco, recordó que "la falta de vivienda implica la negación de los derechos más elementales" y declaró: "Como Iglesia, estamos llamados a denunciar esta injusticia, a promover alternativas y a acompañar a los más vulnerables". Concluyó que se trata de una "urgencia moral" que "no puede esperar".
García Beltrán planteó a los cristianos la pregunta: "¿Qué papel deben tener los cristianos en esta situación?". Propuso acciones concretas: "Apoyar iniciativas de vivienda social, abrir espacios de diálogo y servicio comunitario; abogar por políticas justas, tender la mano al sintecho, y ofrecer tiempo y recursos para transformar realidades".
El curso, organizado con la Comisión Episcopal para la Pastoral Social, la Universidad Pontificia de Salamanca y la Fundación Pablo VI, presentó datos del próximo informe FOESSA y experiencias de acompañamiento a personas sin hogar.

