Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco ha compartido con 'los poetas sociales' y el 'ejército invisible' once clamores de nuestra era contemporánea para atender los dramas más agudos de la humanidad en lo que el pontífice ha llamado 'el sistema de muerte'.
En su mensaje a los movimientos populares del mundo -después de seis años desde la última ocasión en que realizó un encuentro con ellos-, el papa Francisco reiteró su gratitud al trabajo que estas organizaciones realizan para defender la Casa Común, al ser humano y sus derechos de dignidad, justicia y libertad:
"Ustedes son poetas sociales, porque tienen la capacidad y el coraje de crear esperanza allí donde sólo aparece descarte y exclusión... ustedes crean esperanza; con sus manos saben forjar la dignidad de cada uno, la de sus familias y la de la sociedad toda con tierra, techo y trabajo, cuidado, comunidad. Gracias porque la entrega de ustedes es palabra con autoridad capaz de desmentir las postergaciones silenciosas y tantas veces educadas a las que fueron sometidos —o a las que son sometidos tantos hermanos nuestros—. Pero al pensar en ustedes creo que, principalmente, su dedicación es un anuncio de esperanza", les dijo el Papa.
El mensaje a los movimientos, sin embargo, se enfoca en once peticiones que hace el pontífice: a los laboratorios les pide que liberen las patentes de las vacunas contra COVID-19; al sistema financiero les pide que condonen las deudas de los países pobres cuyos dirigentes adquirieron deudas "contra los intereses de esos mismos pueblos".
A las corporaciones extractivas les pidió que cesaran en la destrucción del medio ambiente; a las empresas de alimentos, el Papa les pide que dejen de imponer monopolios y especulación de precios que "terminan quedándose con el pan del hambriento", criticó.
Entre sus peticiones, el Papa también exhortó a los fabricantes de armas a "que cesen totalmente su actividad" porque "fomenta la violencia y la guerra, y muchas veces en el marco de juegos geopolíticos que cuestan millones de vidas y de desplazamientos".
El Papa pidió a los líderes de la tecnología que dejen de "explotar la fragilidad humana" con discursos de odio, noticias falsas, teorías conspirativas o manipulaciones políticas; y a los titanes de las telecomunicaciones les clamó para "que liberen el acceso a los contenidos educativos y el intercambio con los maestros por internet para que los niños pobres también puedan educarse". En este terreno, también pidió a los medios de comunicación a terminar con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y "esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio".
MENSAJE ÍNTEGRO del Papa Francisco a los Movimientos Populares (16 de octubre 2021)
Más adelante, el Papa invitó a los países poderosos a un cese de agresiones, bloqueos y sanciones unilaterales (un mensaje especialmente dirigido a los miembros del G-7): "Su lógica implacable de la ganancia está escapando a todo dominio humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que nos está llevando al abismo", criticó.
A los gobiernos y a la clase política también hizo una petición: "Quiero pedirles el coraje de mirar a sus pueblos... cuídense de escuchar solamente a las elites económicas tantas veces portavoces de ideologías superficiales que eluden los verdaderos dilemas de la humanidad. Sean servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena".
Finalmente, su undécima petición estuvo dirigida a los líderes religiosos: "Nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras ni golpes de Estado. Estemos junto a los pueblos, a los trabajadores, a los humildes y luchemos junto a ellos para que el desarrollo humano integral sea una realidad".
Se trató de un mensaje sumamente extenso que abarcó los conflictos humanos derivados de la pandemia de COVID-19 y los efectos de la devastación del planeta: "En estos meses muchas cosas que ustedes denunciaban quedaron en total evidencia. La pandemia transparentó las desigualdades sociales que azotan a nuestros pueblos y expuso la desgarradora situación de tantos hermanos y hermanas, esa situación que tantos mecanismos de post-verdad no pudieron ocultar".
El pontífice recordó que los movimientos populares son "un verdadero ejército invisible, son parte fundamental de esa humanidad que lucha por la vida frente a un sistema de muerte". Y por ello los invitó a 'soñar juntos':
"Necesitamos soñar para no volver atrás. Necesitamos utilizar esa facultad tan excelsa del ser humano que es la imaginación, ese lugar donde la inteligencia, la intuición, la experiencia, la memoria histórica se encuentran para crear, componer, aventurar y arriesgar. Soñemos juntos, porque fueron precisamente los sueños de libertad e igualdad, de justicia y dignidad, los sueños de fraternidad los que mejoraron el mundo. Y estoy convencido de que en esos sueños se va colando el sueño de Dios para todos nosotros, que somos sus hijos".
El papa Francisco puso como ejemplo los levantamientos populares derivados de la indignación social y recordó el caso del norteamericano George Floyd asesinado por agentes policiacos: "¿Saben lo que me viene a la mente a mí ahora, junto a los movimientos populares, cuando pienso en el Buen Samaritano? ¿Saben lo que me viene a la mente? Las protestas por la muerte de George Floyd. Está claro que este tipo de reacciones contra la injusticia social, racial o machista pueden ser manipuladas o instrumentadas para maquinaciones políticas y cosas por el estilo; pero lo esencial es que ahí, en esa manifestación contra esa muerte, estaba el 'samaritano colectivo'. Ese movimiento no pasó de largo cuando vio la herida de la dignidad humana golpeada por semejante abuso de poder. Los movimientos populares son, además de poetas sociales, samaritanos colectivos".
En su último exhorto a continuar trabajando a los movimientos populares, el papa Francisco afirmó: "Estoy convencido de que el mundo se ve más claro desde las periferias. Hay que escuchar a las periferias, abrirle las puertas y permitirles participar. El sufrimiento del mundo se entiende mejor junto a los que sufren". Y ahondó: "Esfuércense para hacer sentir su voz y también en esos lugares, por favor, no se dejen encorsetar ni se dejen corromper".