Genazzano, Italia.- Bajo un cielo despejado del 10 de mayo, día de la Madre también en Italia, el papa León XIV rompió con la rutina vaticana para realizar una visita inesperada al Santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo, en el pintoresco pueblo de Genazzano, a 50 kilómetros de Roma. El gesto, cargado de simbolismo personal, marcó su primera salida de la capital italiana desde que fue elegido Pontífice dos días antes.
Vestido con sencillez en una sotana blanca, el primer Papa estadounidense de la historia llegó al mediodía en un automóvil negro, ocupando el asiento del acompañante, como un fiel más.
Al descender, fue recibido por una multitud de sorprendidos vecinos y peregrinos, que no dudaron en aplaudir mientras él, con gestos cálidos, bendecía a niños y ancianos agolpados en la plaza del santuario. "¡Gracias por estar aquí!", les dijo, antes de ingresar a la basílica agustina donde, según fuentes cercanas, ha acudido en cada momento crucial de su vida religiosa: desde su nombramiento como prior general de los agustinos hasta su elección como obispo, cardenal y ahora Vicario de Cristo.
El santuario, famoso por albergar un fresco medieval de la Virgen que, según la tradición, llegó milagrosamente desde Albania en el siglo XV, fue testigo de un momento de recogimiento para León XIV, cuyo nombre de pila es Robert Prevost.
Una vez dentro, el pontífice pasó cerca de media hora en oración frente a la imagen mariana, acompañado solo por dos monjes de la orden: "Para él, este lugar es un punto de encuentro entre su fe y su misión", comentó a la salida el reverendo padre Marco Bianchi, superior de la comunidad agustina.
La visita, transmitida en vivo por el canal TV2000, contrastó con el protocolo usual de los papas, quienes suelen anunciar con días de antelación sus desplazamientos. Sin embargo, el gesto no sorprendió a quienes conocen su estilo: un hombre de hábitos sencillos y raíces espirituales profundas, forjadas en cinco décadas como religioso agustino.
Horas antes de partir a Genazzano, León XIV había delineado en el Vaticano las prioridades de su pontificado durante su primera audiencia formal con cardenales. En un discurso que mezcló continuidad y advertencias futuristas, honró repetidamente el legado del Papa Francisco, prometiendo mantener a la Iglesia "cerca de los olvidados".
Retomar camino reconociendo magisterio y legado de Francisco: papa León XIV
De regreso a Roma, al caer la tarde, las calles de Genazzano quedaron impregnadas de un rumor esperanzado: "Verlo aquí, tan cercano, reafirma que la Iglesia no está solo en los palacios, sino en los pueblos", dijo Giulia Mancini, una maestra local que asistió al encuentro. Mientras, en el Vaticano, analistas destacaron el mensaje dual de su jornada: tradición arraigada y ojos puestos en el futuro.