Gaza, Palestina.- En medio de la ofensa militar del ejército israelí para invadir y ocupar los territorios palestinos en Gaza, las fuerzas armadas han emitido la orden de desalojo y evacuación a los millares de refugiados del barrio al-Zaytun donde se encuentra la única parroquia católica en tierra palestina y que es el epicentro de la asistencia humanitaria.
El sacerdote Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia, dijo este lunes que los militares israelíes instruyeron el desalojo de las personas que resisten el asedio bélico desplegado por Benjamín Netanyahu con el fin de ocupar y controlar en favor de su proyecto político-religioso todos los hogares de los palestinos.
Medios cercanos al régimen israelí aseguran que la orden del 18 de agosto forma parte de un plan "para reubicar a los palestinos del norte de Gaza... hacia zonas designadas en el sur" y que el interés es protegerlos de los potenciales actos terroristas de grupos extremistas islámicos; sin embargo, especialistas en el conflicto Palestino-Israelí consideran que, en el fondo, siempre ha sido una estratagema militar permanente el empujar hacia el sur a los pobladores palestinos con la intención de que migren o escapen a otros países y para que Israel logre controlar todos territorios de forma ilícita e injusta.
El sacerdote manifestó preocupación sobre la viabilidad de reubicar a 2.3 millones de habitantes de Gaza: “¿Dónde pueden encontrar espacio para todos los habitantes?”. Romanelli relató que el ejército de Israel está distribuyendo tiendas de campaña para que la gente salga de sus hogares y acampe en exterior durante la evacuación.
Hay preocupación de que el comando israelí esté buscando desalojar la zona para implementar un asedio armado y reclamar el territorio; y es que hace unas semanas un misil israelí impactó directamente en la parroquia de la Sagrada Familia donde se encontraba varios centenares de refugiados. Aunque se aseguró que la agresión se trató de "un accidente por falla humana", hay otros casos de agresión a refugiados y habitantes palestinos cometidos directamente por el ejército israelí.
Israel afirmó que el plan de reubicación es necesario para proteger a los civiles en medio de la guerra que ya dura dos años, la cual ha provocado una crisis humanitaria debido a la grave escasez de alimentos, agua y suministros médicos. Cáritas Jerusalén ha advertido graves riesgos porque “la gente está muriendo de hambre” y “todos los niños sufren de desnutrición.”
Al mismo tiempo de la orden de evacuación otro grupo de interés político intenta mantener a la población en la zona a través de ayuda alimenticia y humanitaria; de hecho, el sacerdote testifica cómo se reparte comida y verduras a los habitantes en el barrio.
Aún no se sabe si la parroquia de la Sagrada Familia, su escuela, el convento, su centro y el edificio de las Misioneras de la Caridad, todo un complejo católico que ha sido un refugio que alberga a más de 600 personas desde que comenzó la guerra en octubre de 2023 también tendría que ser abandonada.
En julio pasado la Sagrada Familia fue atacada; el sacerdote Romanelli y otras ocho personas resultaron heridas y tres civiles murieron después de que un misil israelí impactara en el templo.
Tras el ataque, el papa León XIV exigió “poner fin a esta masacre” y renovó su llamado a un alto el fuego inmediato en Gaza. Mientras, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró: “Israel lamenta profundamente que una munición perdida haya impactado la Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza. Cada vida inocente perdida es una tragedia. Compartimos el dolor de las familias y de los fieles”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que lamentaban el ataque. A las pocas horas de la tragedia, el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa visitó la parroquia junto al patriarca ortodoxo griego, Teófilo III para ofrecer apoyo tras el ataque.
En las últimas semanas se han multiplicado las manifestaciones públicas en Israel contra los planes de invasión militar de Netanyahu. En Tel Aviv, casi un millón de personas protestaron contra el gobierno israelí durante el fin de semana, exigiendo el fin de la guerra y argumentando que el plan para ocupar Gaza podría poner en peligro a los rehenes que aún mantiene Hamás.
Respecto a su ocupación, Israel tiene un plan de cinco pasos que incluye desarmar a Hamás, liberar a todos los rehenes vivos y fallecidos restantes, desmilitarizar Gaza, establecer un control temporal israelí sobre el enclave y eventualmente reemplazar a Hamás con una administración civil árabe amiga.
Netanyahu se pronunció sobre las protestas del domingo, que llevaron a decenas de arrestos: “Quienes hoy llaman a poner fin a la guerra sin derrotar a Hamás no sólo endurecen la posición de Hamás y retrasan la liberación de nuestros rehenes, sino que también aseguran que se repitan los horrores del 7 de octubre”, refiriéndose al ataque miliciano de hace dos años que causó un millar de muertos y que reactivó la guerra.