Santiago, Chile.- En uno de los casos más exitosos de vacunación contra COVID-19 del continente americano, la participación de la Iglesia católica parece ser decisiva para acercar a las comunidades a este recurso contra la pandemia. Para los católicos de Chile, la vacuna se ha convertido en una prioridad absoluta para que los viales puedan llegar a todos, también a los más pobres.
Según los reportes del gobierno chileno, hasta el momento se han vacunado el 16% de los habitantes y, de continuar en el buen ritmo de inoculaciones, se encontrarían a 200 días para alcanzar el 70% de la población protegida contra los efectos del coronavirus. Para tomar un comparativo, la nación vecina de Argentina estaría a 3 mil 833 días para alcanzar dicha meta y Ecuador tardaría aún 160 mil 990 días.
En su reciente mensaje de Cuaresma, los obispos chilenos afirmaban que "la posibilidad de acceder a una de las vacunas en contra del COVID-19 se señala como una ventana de esperanza para iniciar el proceso de superación de esta grave pandemia, por lo que se invita ‘a todos a que de manera responsable y solidaria concurramos -de acuerdo a los planes de la autoridad sanitaria- a algún centro de vacunación para ser inoculados’ pues no hay razones fundadas para sospechar que las vacunas sean dañinas ni para que su uso pueda ser objeto de un reproche moral".
Diferentes diócesis del país han puesto a disposición sus templos para facilitar el proceso de vacunación. Rancagua, Osorno, Chillán, Concepción, son algunas de las diócesis que han asumido algo que es considerado por la Iglesia chilena como un acto de amor al prójimo y responsabilidad moral por el bien común.
En la diócesis de Osorno, que inclusive ofreció la catedral para llevar a cabo el proceso de vacunación, así como varios otros templos, su obispo, Jorge Concha, insistía en la importancia de esta labor que se está llevando a cabo en la diócesis, "al cual todos nosotros tenemos que sumarnos y apoyar porque se trata de favorecer la salud, la vida y eso es un bien para todos", calificándolo como signo de fraternidad.
La actitud de la Iglesia ha sido celebrada por las autoridades chilenas. Es el caso del alcalde de Osorno, que calificaba esa actitud como un "tremendo gesto. La colaboración que esto significa para el municipio, tener un espacio como este, es maravilloso. Entonces en nombre de la comunidad osornina quiero agradecer al señor obispo de Osorno por haber entregado la Catedral para este uso, para que nosotros podamos atender aquí a la gente que más lo necesita".
En la diócesis de Chillán, el sacerdote Gonzalo Gómez, mostraba su alegría "de poder aportar a esta campaña tan importante para nuestro país. La gente ha recibido muy bien esta disponibilidad que ha mostrado la parroquia para abrir sus puertas. Los comentarios que hemos tenido en redes sociales han sido positivos y agradecidos, sobre todo para los adultos mayores que no han tenido que trasladarse a otros lugares".
"Para nosotros, es un motivo de alegría de poder aportar a esta campaña de esta manera. No vamos a ser la gran solución, pero el pequeño aporte que podamos hacer, colabora a la solución y por eso hacemos un llamado a que la gente tome conciencia de esta vacunación para que todos podamos quedar inmunizados ante esta pandemia", aseguró el religioso.
Esa disponibilidad también se ha hecho presente en la Arquidiócesis de Concepción. El sacerdote Héctor Osório destaca la actitud del papa Francisco en relación a la vacuna, decía que "estamos encantados de poder abrir las puertas de nuestra parroquia para ofrecer un servicio a la comunidad. Vacunarnos nos ayuda para prevenir y cuidarnos entre todos". (Con informaciones y foto de la Conferencia Episcopal de Chile)