Ciudad del Vaticano.- Luego de una semana de largos vuelos y profundos encuentros con las comunidades católicas e indígenas de Canadá en su 'pereginación penitencial', el papa Francisco charló con los periodisas que lo acompañaron en el viaje apostólico y respondió a sus inquietudes especialmente sobre los riesgos de la colonización cultural e ideológica, los desafíos de ciertos tradicionalistas que van hacia atrás ('indietristas' los llamó) y, finalmente sobre su estado de salud con la consecuente posibilidad de renunciar al papado.
Como es costumbre, el papa Francisco ofreció una conferencia de prensa con los respresentantes de los medios de comunicación en el vuelo de retorno de su viaje apostólico. Francisco respondió extensamente las inquietudes de los periodistas: la primera, Jessica Ka'Nhehesíio Ciervo, canadiense inuit quien le preguntó si habría alguna acción agregada a la petición de perdón que el pontífice hiciera reiteradamente ante los pueblos originarios por los abusos de poder perpetrados por miembros de la Iglesia:
Ciervo destacó que aún "los pueblos indígenas todavía hoy están privados de tierra y poder"; y en gran medida por cierta 'doctrina del descubrimiento' que, aparentemente facultaba a los colonizadores por encima de los indígenas y aborígenes.
Francisco respondió: "Creo que este es un problema de cualquier colonialismo. Incluso hoy: las colonizaciones ideológicas de hoy siguen el mismo patrón. Quien no entra en su camino es inferior".
El Papa alertó que incluso 'desde el inconciente' hay "una actitud colonialista de reducir su cultura a la nuestra. Es algo que nos viene de nuestra forma de vida desarrollada, y a veces perdemos algunos de los valores que tienen".
Bergoglio sentenció con claridad: "Esta doctrina de la colonización: es verdad, es mala, es injusta" y alertó: "Aún hoy se usa, lo mismo, con guantes de seda, quizás, pero se usa hoy". Y ejemplificó: "Obispos de algunos países me decían: 'Nuestro país, cuando pide crédito a un organismo internacional, nos ponen en condiciones, incluso legislativas, colonialistas. Para darte crédito, te hacen cambiar un poco tu forma de vida'".
El pontífice reconoció que en el proceso de colonialización de hace quinientos años existió un verdadero "drama criminal" con los abusos inhumanos y que apenas había pocas voces de religiosos "la minoría" que apelaban por la igualdad y la justicia humana. Con todo, el Papa alertó que "siempre tenemos -me atrevo a decir- como una actitud colonialista de reducir su cultura a la nuestra. Es algo que nos viene de nuestra forma de vida desarrollada, y a veces perdemos algunos de los valores que tienen".
Nuevamente, como hiciera varias veces en su estancia en Canadá, el pontífice reconoció el valor de los pueblos indígenas para proponer un estilo de vida donde existe "armonía con la creación": "Vivir bien es conservar la armonía. Y esto para mí es el gran valor de los pueblos originarios. Armonía. Estamos acostumbrados a reducirlo todo a la cabeza: en cambio los pueblos originarios -hablo en general- saben expresarse en tres lenguas: la de la cabeza, la del corazón y la de las manos. Pero todos juntos y saben tener este lenguaje con la creación".
Pidió, por tanto, reflexionar con claridad el "progresismo acelerado del desarrollo", al que calificó de 'exagerado' y 'neurótico'. Un poco más adelante, a pregunta expresa de otra periodista canadiense, el Papa reconoció que estas actitudes sí constituyen un verdadero genocidio cultural
Interrogado sobre la posibilidad de que existieran ajustes a las normas disciplinares respecto a conceptos de la moral humana, Francisco reflexionó sobre la labor de la teología y la cuestión moral en la historia humana donde no se debe soslayar ni limitar el papel de la tradición: "El deber de los teólogos es la investigación, la reflexión teológica. No se puede hacer teología con un 'no' por delante... el desarrollo teológico debe ser abierto, los teólogos están para eso. Y el Magisterio debe ayudar a comprender los límites".
También aclaró, no obstante, que si la "Iglesia no desarrolla su pensamiento en sentido eclesial será una Iglesia que retrocede".
"Y este es el problema de hoy, de muchos que dicen que son 'tradicionalistas'. No, no son tradicionalistas, van hacia atrás (son 'indietristas' dice Francisco en el original italiano), van al revés, sin raíces. [Dicen] 'Siempre se ha hecho así, en el último siglo se ha hecho así'. E ir hacia atrás es pecado, porque no van adelante con la Iglesia. En cambio la Tradición es la fe viva de los muertos; en cambio para los 'indietristas', que dicen ser tradicionalistas, parece ser la fe muerta de los vivos. La tradición es precisamente la raíz de inspiración para seguir adelante en la Iglesia. Y esto siempre es vertical. Ser 'indietrista' es volver, siempre estar cerrado. Por ello, es importante entender bien el papel de la tradición, que siempre está abierta, como las raíces del árbol, y el árbol crece así... Un músico tenía una frase muy bonita, decía Gustav Mahler: tradición es la garantía del futuro, es la garantía, no es una pieza de museo. Si concibes la tradición cerrada, esta no es la tradición cristiana. Siempre es la savia de las raíces lo que te lleva adelante, adelante, adelante".
El pontífice también respondió a inquietudes sobre su estado de salud y los próximos compromisos internacionales; pero también deslizó la idea de que, si su salud continúa viéndose afectada, él mismo reflexionaría sobre "la posibilidad de dar un paso de costado", es decir, reunciar:
"No creo que pueda ir con el mismo ritmo de viaje que antes. Creo que a mi edad y con esta limitación tengo que ahorrar un poco para poder servir a la Iglesia o por el contrario pensar en la posibilidad de dar un paso al costado. Esto con toda honestidad. No es una catástrofe, puedes cambiar de Papa, puedes cambiar, ¡no hay problema! Pero creo que tengo que limitarme un poco con estos esfuerzos", respondió.
Sobre la posibilidad de que renuncie al solio pontificio como hiciera su predecesor Benedicto XVI, Francisco respondió: "El Señor puede decir: "Renuncia". Es el Señor quien manda... Si yo -es una hipótesis- veo que el Señor me está diciendo algo, una inspiración de eso o de lo otro, debo hacer un discernimiento para ver lo que el Señor me está pidiendo. Y puede ser que el Señor quiera mandarme al rincón, es cosa suya, es Él quien manda".
"La puerta está abierta -a la renuncia, dijo más adelante-, es una de las opciones normales, pero hasta hoy yo no he llamado a esa puerta. No he dicho: 'Voy a ir a esta habitación'. No he pensado en esta posibilidad. Pero eso no significa que uno no empiece a pensar en ello pasado mañana, ¿verdad? Pero en este momento, sinceramente, no".
También fue interrogado sobre cómo esperaría que fuera su sucesor: "Nunca me atrevería a pensar... El Espíritu Santo sabe hacer esto mejor que yo, es mejor que todos nosotros. Porque inspira las decisiones del Papa, siempre inspira. Porque él está vivo en la Iglesia, la Iglesia no puede concebirse sin el Espíritu Santo, él es el que hace las diferencias, también hace el ruido pero luego crea la armonía", respondió.