Buenos Aires, Argentina.- En el primer mensaje pastoral oficial de la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) tras la llegada de Javier Milei al poder, los obispos argentinos advirtieron sobre la gravedad de la situación social por la crisis alimentaria en la nación sudamericana y reinvindicaron: "el pan de cada día es un clamor de justicia".
El pasado 1° de febrero, más de 10 mil personas exigieron al gobierno de Milei respuesta ante la crisis alimentaria; pero cuando las autoridades decidieron recibir "individualmente" a los ciudadanos y no a través de los liderazgos de los movimientos populares, la "fila del hambre" como se bautizó en los medios circundó 30 cuadras de las icónica Avenida 9 de Julio de la capital argentina.
Ante este escenario, el presidente de la CEA, Oscar Ojea, respaldó el llamado de los obispos católicos argentinos para reflexionar pastoralmente sobre el drama alimentario que padecen millones de sus compatriotas:
"En el trato pastoral con la gente sencilla, hemos aprendido que un plato de comida no se le niega a nadie... en nuestra patria nadie debería pasar hambre, ya que es una tierra bendita de pan”. Por ello, lamentan que "a cientos de miles de familias se les hace cada vez más difícil alimentarse bien”.
Esta declaración del Episcopado complica la de por sí incómoda reunión de Javier Milei con Francisco en el Vaticano; y revela la preocupación de los pastores ante la situación social que enfrenta el país por la crisis económica heredada de administraciones anteriores pero también por el estilo de gobierno comenzado por el economista autodenominado 'libertario'.
Los obispos relatan: “la inflación desde hace años crece día a día y pega fuertemente en el precio de los alimentos [y eso] lo siente claramente la clase media trabajadora, los jubilados y aquellos que no ven crecer sus salarios [así como] todo el universo de la economía popular, donde prácticamente se trabaja sin derechos”.
Los pastores constatan que "las familias se privan de muchas cosas” pero no pueden privarse del alimento más básico:
“Una mamá puede privarse de tomar un colectivo y camina para ahorrar, pero de ninguna manera puede no darle de comer a sus hijos... la comida no puede ser una variable de ajuste", advierten indirectamente a las autoridades electas que definen la vida social en términos absolutos de mercado.
La declaración eclesiástica sigue al reciente pronunciamiento de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, sobre la forma en que el gobierno intentará dar respuesta a las demandas de alimentos de forma individual pero sin tener en cuenta a las organizaciones y los movimientos sociales.
Los obispos no mencionan a la ministra pero reconvienen al gobierno de Milei actuar solidariamente "para que esta situación no profundice la crisis alimentaria” y además, le recuerdan las palabras del papa Francisco: “ante una crisis no son suficientes los paradigmas tecnocráticos, sean estadocéntricos, sean mercadocéntricos, es necesaria la comunidad”.