Bogotá, Colombia.- Cáritas América Latina y otras organizaciones del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) han iniciado un proceso de formación y estructuración para participar con mayor incidencia en el debate de la agenda climática en la próxima Conferencia de las Partes (COP30) que se realizará en Belém do Pará, Brasil en noviembre de este año.
El objetivo es llevar la voz, el clamor y la participación de las comunidades latinoamericanas y caribeñas a los centros de decisión internacional respecto a las acciones que las naciones deben tomar frente a la crisis ambiental.
El proceso de formación se ha realizado del 1 al 3 de abril bajo el lema 'Peregrinos de Esperanza rumbo a la COP30' y además de fortalecer su capacidad de incidencia se buscó construir "un documento de posición regional que refleje la voz de las comunidades más afectadas por la crisis climática".
Nicolás Meyer, coordinador de Cáritas en América Latina y el Caribe y quien lidera este encuentro, explicó que este espacio de diálogo y escucha busca preparar a los actores eclesiales para participar de manera efectiva y contundente en la COP30.
"Nos encontramos diversas organizaciones vinculadas a las pastorales sociales y ambientales, como los Franciscanos, Justicia y Paz, las redes eclesiales: REPAM, REMAM, RECHAC, la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR), entre otras, con la intención de que nuestra incidencia sea más seria, contundente y acorde con la magnitud del evento", señaló Meyer.
Los participantes han explorado cómo comprender el lenguaje técnico y político que se maneja en estos espacios internacionales, pues: "En la Iglesia estamos acostumbrados a hablar desde la realidad de los territorios, pero necesitamos traducir esas experiencias comunitarias a términos técnicos y políticos para que nuestra voz sea escuchada en los espacios de toma de decisiones", reconoció el coordinador.
Meyer compartió que el espacio formativo fue "una combinación de experiencia comunitaria y formación técnica" puesto que muchos de los participantes tienen un conocimiento en temas ambientales, jurídicos y de políticas públicas por lo que "permitió conectar la doctrina social de la Iglesia con los desafíos actuales del cambio climático".
Informó que, en este marco, la Iglesia ha designado ocho obispos que participarán en la COP30 como voceros en la zona de incidencia principal, conocida como la zona azul, donde se toman las decisiones más relevantes.
Por su parte, desde la secretaría ejecutiva del Movimiento Franciscano JPIC, Manuela Urbina Ramírez, destacó el impacto de este encuentro en su comprensión de la responsabilidad ambiental y el juego de poderes que desde allí se mueve: "Este espacio me permitió entender mejor la dinámica de la COP y la importancia de que la Iglesia participe desde los territorios, llevando la voz de quienes sufren las consecuencias del cambio climático", afirmó.
Finalmente, uno de los principales resultados del encuentro fue la elaboración de un documento de posición regional que será presentado en la COP30: "Este documento debe reflejar las múltiples voces de la región y convertirse en una herramienta efectiva para la incidencia".