Washington D.C., Estados Unidos.- La Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) anunció este lunes que no renovaría los acuerdos de cooperación con el gobierno federal para proveer servicios a menores y apoyo a refugiados, poniendo fin a una colaboración de décadas. La decisión, calificada como "desgarradora" por la institución religiosa, respondió a la suspensión gubernamental de programas de reasentamiento de migrantes, según explicó el arzobispo Timothy Broglio, presidente de la USCCB.
En un comunicado, Broglio detalló que la medida obligó a los obispos a "reconsiderar la mejor manera de servir a nuestros hermanos y hermanas que buscan un refugio seguro de la violencia y la persecución". Recordó que la USCCB, cuya labor en el ámbito migratorio se remonta a su fundación como Consejo Nacional de la Guerra en 1917, había ayudado históricamente a familias desplazadas a establecerse en el país.
"A lo largo de los años, la colaboración con el gobierno federal ha contribuido a ampliar los programas de salvamento, de los que se han beneficiado nuestros hermanos y hermanas de muchas partes del mundo", afirmó Broglio. Subrayó que todos los refugiados admitidos en los programas eran previamente examinados por autoridades estadounidenses.
El arzobispo reconoció que, aunque los fondos federales eran insuficientes para cubrir los costos totales, el trabajo se sostuvo gracias a la caridad de los fieles católicos estadounidenses.
Sin embargo, advirtió que, sin el respaldo estatal, "como esfuerzo nacional, simplemente no podemos sostener el trabajo por nuestra cuenta en los niveles actuales o en la forma actual".
La decisión llega en un contexto de creciente tensión entre grupos religiosos y el gobierno por las políticas migratorias. En su edición de abril, la revista L’Osservatore Romano había destacado la resistencia de iglesias estadounidenses y mujeres líderes ante lo que calificó como "el rechazo sistemático a migrantes". Asimismo, a finales de marzo, religiosas como la hermana Carmen Ugarte García, en la frontera México-Estados Unidos, enfatizaron la urgencia de brindar "apoyo emocional y esperanza" a desplazados.
Broglio aseguró que, pese al fin de la colaboración institucional, la USCCB buscaría "medios alternativos de apoyo" para refugiados ya admitidos en el país. "Si bien esto marca un doloroso final a una asociación con nuestro gobierno que sostiene la vida... ofrece a todos los católicos la oportunidad de buscar en nuestros corazones nuevas formas de ayudar", declaró.
El líder religioso reiteró el compromiso de la Iglesia con la defensa de víctimas de trata humana y prometió continuar abogando por una reforma migratoria. "La llamada del Evangelio a hacer lo que podamos por los más pequeños sigue siendo nuestra guía", afirmó, instando a los fieles a unirse en oración para "encontrar nuevas formas de llevar esperanza donde más se necesita".
Con esta decisión, concluye una de las alianzas más duraderas entre el Estado y una organización religiosa en materia humanitaria en los Estados Unidos, en un momento en que el país enfrenta un récord de desplazamientos globales y debates polarizados sobre su papel como destino de refugiados.