Piedras Negras, Coahuila.- Once obispos de diócesis fronterizas se reunirán en Coahuila para coordinar una respuesta pastoral común ante las urgencias sociales que afectan a ambas naciones, con especial enfoque en migración, adicciones y prevención del suicidio.
La Diócesis de Piedras Negras acoge desde este viernes 29 de agosto y hasta el domingo 31 la Reunión de Obispos Tex-Mex, un encuentro bilateral que reúne a once prelados de estados del noreste de México y del sur de Texas. El objetivo central del cónclave es definir estrategias pastorales conjuntas para enfrentar desafíos sociales transfronterizos como la migración, la crisis de adicciones y el aumento de suicidios.
El obispo de Piedras Negras, Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, confirmó que el encuentro se desarrollará en el auditorio Franciscus de la diócesis, con una agenda centrada en la acción social de la Iglesia. “Analizaremos la forma en que la Iglesia puede apoyar a los centros de rehabilitación y cómo las adicciones pueden llevar al suicidio”, declaró Miranda Guardiola en anticipación al evento.
Los temas elegidos reflejan la crudeza de la realidad fronteriza. La migración internacional encabeza la agenda, con especial atención a los casos de seminaristas que han sido repatriados de Estados Unidos por carecer de documentación legal para estudiar en ese país. Este fenómeno afecta directamente la formación del clero en la región.
El segundo eje temático serán las adicciones y los centros de rehabilitación –conocidos localmente como “anexos”– donde la Iglesia busca definir un protocolo de apoyo y supervisión. La relación entre las drogas y el deterioro de la salud mental, particularmente el suicidio, será un punto de análisis crucial.
Finalmente, se dedicará espacio a cuestiones litúrgicas y sacramentales propias de la vida diocesana, aunque con un enfoque práctico orientado a la pastoral de frontera.
El obispo Miranda Guardiola fue enfático al aclarar el carácter estrictamente eclesial del encuentro: “Durante esta reunión no tendremos presencia de autoridades federales, estatales o municipales”. La decisión subraya el deseo de la Iglesia de mantener su independencia para analizar y actuar sobre los problemas sociales desde su propia doctrina y misión, sin condicionamientos políticos.
Esta postura refleja la voluntad de generar una respuesta autónoma, basada en la doctrina social de la Iglesia y en la experiencia directa de las diócesis que trabajan diariamente con poblaciones vulnerables en ambos lados de la frontera.
La elección de Piedras Negras como sede no es casual. Esta ciudad emblemática de la frontera tex-mex se ha convertido en un microcosmos de los desafíos que discutirán los obispos: es corredor de flujos migratorios, sufre los embates del narcotráfico y enfrenta una crisis de salud pública por el aumento en el consumo de drogas y sus secuelas.
La reunión pretende transformar el diagnóstico compartido en acciones concretas. Se espera que al finalizar el encuentro se emita un comunicado conjunto con compromisos específicos de colaboración binacional, posiblemente la creación de comisiones mixtas para dar seguimiento a los temas migratorios y de adicciones.
Este encuentro de obispos tex-mex se inscribe en una larga tradición de colaboración pastoral entre México y Estados Unidos. Sin embargo, la urgencia de los temas le confiere una relevancia singular. En un contexto político donde la frontera suele ser fuente de tensiones y discursos divisivos, la Iglesia busca presentar un modelo de diálogo y cooperación centrado en la persona humana y su dignidad.
Como señaló el obispo Miranda, la crisis de los seminaristas deportados es solo un síntoma de un problema migratorio mucho más amplio que exige una respuesta compasiva y coordinada. Lo mismo aplica para las adicciones: una crisis de salud que no reconoce fronteras y que requiere de estrategias de prevención y rehabilitación igualmente binacionales.
Al concluir el domingo, se espera que los once obispos habrán sentado las bases para una pastoral de frontera más integrada y efectiva, demostrando que la cooperación internacional es posible cuando se pone al servicio de los más vulnerables.