Nueva York, EU.- El cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, envió una carta pastoral con motivo del Mes del Sagrado Corazón de Jesús y la paulatina reanudación de actividades litúrgicas en la diócesis; agradeció especialmente a los fieles neoyorquinos por la paciencia y comprensión ante las medidas impuestas para evitar escenarios más graves de contagios por COVID.
“Estoy ansioso por compartir algunas buenas noticias: las misas diarias comenzaron en las parroquias de los condados Dutchess, Sullivan, Ulster, Orange, Rockland, Westchester y Putnam…por supuesto, debemos seguir los consejos de los profesionales de la salud y limitar la asistencia a no más del 25% de la capacidad de la iglesia, mantener la distancia social, el uso de cubrebocas y observando todo de los requisitos de la salud y la seguridad que se han convertido en parte de nuestras rutinas diarias”.
En su carta, el arzobispo también pide a los fieles de las parroquias en Staten Island, el Bronx, y Manhattan que esperen “unas cuantas semanas más, hasta que la Ciudad de Nueva York entre a la Fase 2 del proceso de reapertura”.
“Su paciencia y su comprensión durante este período difícil han sido admirables […] A pesar de que nuestras iglesias se cerraron temporalmente para la Misa pública, nuestros sacerdotes y parroquias encontraron formas nuevas e innovadoras de llegar a la gente, incluido el contacto regular con los feligreses, los servicios de sepultura y las Misas en línea. ¡La Misa de la Catedral de San Patricio ha llegado a decenas de miles de personas cada semana!”
Dolan hizo un reconocimiento público a las organizaciones de asistencia social de la Arquidiócesis (Caridades Católicas y ArchCare): “No es una exageración decir que están al frente, encontrando formas nuevas y creativas para ayudar e aliviar el dolor y el sufrimiento de tantas personas, y haciendo realidad las palabras de Jesús”.
El cardenal también agradeció las donaciones de los fieles a través del mecanismo WeShare: “en abril y en mayo nuestras parroquias recibieron cerca del 70% de sus ingresos regulares… Ustedes han hecho la diferencia. Sin su apoyo, nuestra situación sería aún más grave de lo que es”.
Crecen las necesidades, bajan los ingresos
Dolan refirió que la arquidiócesis neoyorquina tuvo que apoyar a muchas parroquias, escuelas y otras instituciones “que no pudieron sobrevivir por su cuenta”. Afirmó que la curia arzobispal asiste con 10 millones de dólares anuales a parroquias en dificultades y que subsidia con 40 millones dólares a escuelas.
En este punto, el cardenal alertó que la crisis educativa podría ser aún más cruda pues “muchas de nuestras escuelas tienen muy pocos estudiantes registrados para el mes de septiembre, ya que las familias con dificultades no pueden pagar la matrícula, incluso con nuestras becas, y es posible que estemos viendo un número significativo de cierres de escuelas, algo que trabajaremos fuertemente para evitar”.
La Campaña Anual del Cardenal, que ayuda financiar muchos de los ministerios básicos de la arquidiócesis, también ha disminuido alrededor de 4 millones de dólares este 2020 y año “a pesar de que las necesidades de las personas a las que servimos están aumentando”.
No sólo por la crisis económica provocada por el COVID, también la diócesis arrastra los problemas de demandas judiciales (cerca de 400) por parte de la Ley de víctimas infantiles: “Les prometí que los mantendré informados. Solo sepan que tenemos ante nosotros más malas noticias sobre pasados escándalos y costos elevados. Le renuevo este compromiso: ninguna de las donaciones que recibimos para ministerios específicos de la arquidiócesis se utilizará para pagar el costo de estas demandas”.
Racismo en EU
El cardenal Dolan también abordó la crisis social tras el asesinato de George Floyd: “El grito de la manifestación de Black Lives Matter ha hecho eco en toda la tierra, como debería ser. Sí, por supuesto, todas las vidas son importantes: ¿No hay una verdad más básica de nuestra fe de que todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios? Pero la realidad es que el pecado y el mal del racismo continúan atormentando a nuestra sociedad y, lamentablemente, con demasiada frecuencia y parece que, para algunos, las vidas de los negros no importan, o no importan lo suficiente”.
El arzobispo concluyó que no se debe confundir a la mayoría de los agentes de la ley “personas buenas y decentes” con quienes han hecho “horribles actos de unos pocos”; como tampoco deben juzgarse ni asociarse a los manifestantes, “que eran abrumadoramente pacíficos y bien intencionados… con aquellos que estaban empeñados en saquear y destruir”.