Managua, Nicaragua.- Tras los atroces actos vandálicos contra la Catedral Metropolitana de Managua, el vicario general de la arquidiócesis, Carlos Avilés, solicitó al pueblo fiel de la nación centroamericana que eleve todas sus oraciones por el bien de los creyentes pues, aseguró la Iglesia vive "una persecución abierta por parte del gobierno de Daniel Ortega".
Como se reportó aquí, el 31 de julio pasado, una persona ingresó a la Catedral de Managua y lanzó una bomba molotov en una de sus capillas, lo cual provocó un incendio que destruyó el Sagrario Metropolitano y la imagen de la Sangre de Cristo. Inmediatamente, el arzobispo cardenal de Managua, Lepoldo Brenes, convocó a una jornada de actos de desagravio y oración por el atentado.
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A casi una semana de los hechos, el vicario Avilés lamenta que aún no se tenga información sobre el perpetrador ni de las razones del ataque. Sin embargo, asegura que los actos contra la Iglesia católica nicaragüense no son nuevos: "ya hemos tenido varios actos de vandalismo en otras capillas recientemente, lo cual hace indicar que hay un plan orquestado".
El religioso rememora que uno de estos ataques fue el perpetrado contra la capilla Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en el municipio de Nindirí, en Masaya el miércoles 29 de julio, tan sólo dos días antes de la agresión a la Catedal. En ese episodio, los desconocidos robaron la custodia y el copón, rompieron imágenes, pisotearon las hostias e hicieron otros destrozos.
Carlos Avilés acusó a las autoridades del gobierno de Daniel Ortega de amenazas contra las instituciones católicas: "los únicos que han amenazado ha sido el gobierno, públicamente han estado hablando en contra de los obispos, que son terroristas, que son golpistas, y han estado criticando a la Iglesia".
“Denunciamos a nivel nacional y a nivel internacional la acción irracional del Gobierno de reprimir violentamente y de no valerse de ayuda humanitaria como la que ofrece la Iglesia”.
Agregó que el gobierno promueve "una persecución no declarada, una persecución abierta contra la Iglesia, que se refleja claramente en hechos como la presencia policial en torno a los templos para registrar las placas de los carros de las personas que asisten a misa".
El vicario también compartió el caso del sacerdote Román "que apoyó a unas madres en huelga, prácticamente encerraron la parroquia una cuadra alrededor, cortaron la luz, cortaron el agua, y así lo tuvieron un par de semanas".
Avilés afirma que el gobierno de Ortega "ve todo en un matiz político, creyendo que nosotros queremos tener poder, o más propaganda" y aseguró es es sólo la verdad del mensaje de anuncio y denuncia evangélico de la Iglesia lo que molesta a las autoridades del país.
"Le molesta que la Iglesia diga la verdad, le molesta que la Iglesia sea pacífica, le molesta que la Iglesia esté defendiendo los derechos más elementales de las personas... Eso ha granjeado pues esta persecución a la Iglesia, pero vamos a seguir adelante", finalizó Avilés.