Ciudad de México.- Este 3 de julio falleció el obispo Abelardo Alvarado Alcántara, auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, uno de los principales y más cercano de los colaboradores del finado cardenal arzobispo de México, Ernesto Corripio Ahumada; y un referente de la labor organizativa de la Conferencia del Episcopado Mexicano a finales del siglo XX.
Alvarado Alcántara, originario de Acambay, Estado de México, fue ordenado sacedote el 26 de octubre de 1958 y consagrado obispo auxiliar el 14 de junio de 1985; apenas unos meses antes de los terribles acontecimientos que cimbraron la capital mexicana con los sismos del 19 de septiembre.
Tras la emergencia, Alvarado participó en trabajos episcopales a nivel nacional en materia de evangelización y catequesis, comunicación social y, fue designado como presidente de la Conferencia Episcopal para las Celebraciones del Quinto Centenario del Descubrimiento de América.
Durante el histórico momento de la transición del régimen presidencial el México, Alvarado Alcántara se desempeñaba como secretario general y vocero de los obispos mexicanos. Su labor fue imprescindible para favorecer el diálogo entre los poderes políticos, el gobierno mexicano y la Iglesia católica con las voces que emanaban de las las diferentes estructuras intermedias de la sociedad y la ciudadanía.
Rodrigo Guerra López, actual miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, recuerda aquel trabajo realizado junto al obispo Abelardo: "Trabajamos juntos en escenarios altamente complejos alrededor del año 2000. Un día, en la Secretaría General del Episcopado Mexicano, tras haber superado cientos de obstáculos en la redacción de la Carta Pastoral 'Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos', entregué la versión final en diskette con la incorporación de los 'placet iuxta modum'. Me hizo firmar un documento formal de entrega y de inmediato me dijo: "Recibo el documento y ahora tómalo y escóndelo. Tal día llévalo a la imprenta y no te separes del texto hasta que se termine de imprimir y no tenga ninguna alteración'. Así lo hice. Semanas después cené con él y tuvimos una larga conversación sobre las presiones increíbles e indecibles que vivimos en aquellos días aciagos. Descanse en paz, un buen obispo que creyó en la libertad de México y en la libertad de la Iglesia frente al poder".
Posteriormente, durante dos periodos consecutivos (2003-2009) el obispo Alvarado Alcántara recibió la confianza de sus homólogos para presidir la compleja oficina de Relaciones Iglesia-Estado y la Dimensión de Fe y Política del episcopado mexicano.
En la Arquidiócesis capitalina, Abelardo Alvarado también fue capellán de las Fuerzas Armadas en México; una labor compleja para la asistencia espiritual de los efectivos militares debido a las tensas relaciones interinstitucionales históricas entre el Estado laico y la Iglesia católica mexicana. Fue presidente del Consejo Editorial de la publicación diocesana Nuevo Criterio y, fuera de la formal estructura arquidiocesana, se le reconoce como un organizador y presidente del Consejo Directivo de la Institución de Recuperación Ponce Lagos (FRATESA SUR), un espacio para sacerdotes en recuperación o en retiro. Finalmente, se le reconoce su capacidad organizativa durante las dos últimas visitas del papa Juan Pablo II a México en 1999 y 2002.
El papa Benedicto XVI aceptó su renuncia como obispo auxiliar el 22 de julio del 2008, justo a un mes de haber cumplido la edad canónica para el retiro; sin embargo, Alvarado Alcántara continuó acompañando pastoral y solidariamente a sacerdotes y familias católicas de la capital de la República; al igual que desempeñó una discreta pero permanente labor en las redes sociales.
Este 3 de julio, los obispos mexicanos compartieron una breve esquela para externar sus condolencias y pedir el descanso eterno de Alvarado Alcántara.