Guadalajara, Jalisco.- El problema político en México es que "el dinosaurio no se fue en el 2018, sólo se transmutó, sigue con nosotros", criticó la Arquidiócesis de Guadalajara a través de su órgano de información.
En la editorial de 'Semanario de Guadalajara', la Iglesia liderada por el cardenal Francisco Robles Ortega reflexiona sobre la actividad democrática en el país y acusa que la participación ciudadana se reduce a la mera participación del voto en los procesos electorales sin que se haga seguimiento a las acciones de los liderazgos electos.
"La difusión pública de los escándalos de corrupción y la ausencia de vías para sancionar a los corruptos en el actual gobierno, acrecienta la percepción de impunidad, y entonces la ciudadanía queda como espectador", dice la editorial.
El posicionamiento de la publicación recuerda que en la historia de México ha habido tres tipos de autoritarismo (personales, partidistas y de 'trasmano') cuando un líder se empeña en seguir manejando los destinos de la nación y afirma:
"El problema que vemos hoy, en el proceso electoral actual, es que el dinosaurio no se fue en el 2018, solo setransmutó, sigue con nosotros, porque los autoritarismos tienen como primera consecuencia hacer pasiva a la sociedad, las dictaduras desalientan el compromiso y la participación del ciudadano porque a fin de cuentas solamente el dictador sabe lo que ha de hacerse y sólo él puede hacerlo".
El 'Semanario' afirma que "el que gobierna autoritariamente" cae en actos de soborno, chantaje y amenaza pero que, para mantener la apariencia democrática, se desarrolla una "escalada de corrupción que los gobernantes autoritarios necesitan".
"Para que prevalezca un gobierno autoritario,se necesita un determinado tipo de sociedad infantil, inmadura que no puede vivir de otra manera,una sociedad que no logra asumir su responsabilidad en la construcción de su propio destino".
Finalmente, la editorial invita a la ciudadanía a buscar el bien común: "Los ciudadanos católicos también son impulsores del bien común, junto con todos los ciudadanos... un católico sabe que, si bien la democracia no se agota en el proceso electoral, su fe lo compromete a colaborar en el bien del país emitiendo su voto... el ciudadanos católico sabe que está obligado a conocer los principios y la doctrina de los partidos y candidatos y a no dejarse manipular".