Zacatecas, Zacatecas.- En medio de una violencia que 'aterroriza' y signos de verdadera barbarie y muerte, el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, hace un reiterado llamado a la construcción de paz en el estado que en los pasados días vivió momentos de grave alarma. Por ejemplo el 30 de diciembre se registraron 14 ejecuciones; el miércoles 5 de enero fue abandonada una camioneta con diez cadáveres en Fresnillo y esta semana fueron ejecutados tres policías.
Misiva de Sigifredo Noriega Barceló, obispo de Zacatecas: La paz es tarea de todos
"Las luces de Navidad se han visto opacadas por los signos de muerte, por la sangre derramada, por la profunda deshumanización de que somos testigos", relata el obispo en su primer comunicado del 2022.
El pastor lamenta que "los diagnósticos y los proyectos son superados por la cruel realidad"; pues "cuando creíamos haberlo visto todo, sucede algo que nos aterroriza aún más; los signos de barbarie y de muerte son, desde hace tiempo y por desgracia, cosa cotidiana en nuestros pueblos y ciudades de Zacatecas".
Aunque en el pasado, el obispo Noriega ya había alertado por situaciones de crimen y violencia en la región, en este reciente comunicado del 11 de enero, relata que "son muchas las familias sumidas en la incertidumbe por el hijo desaparacido, por el esposo 'levantado' (secuestrado), demasiados los lutos y los duelos inconclusos".
Con todo, Noriega Barceló pide a la ciudadanía no dejarse vencer por el desánimo ni el pesimismo: "Hoy más que nunca es necesario avivar la esperanza y trabajar con optimismo y confianza".
"No es momento de repartir culpas, de nada sirve lamentarse por el pasado si no asumimos con valentía el presente que se nos regala. Es cierto que la paz es tarea de todos, pero no en abstacto, sin desde la realidad y responsabilidad y responsabilidad de cada uno".
En su llamado a las autoridades civiles, a la socidedad, a las instituciones educativas, las asociaciones e iglesias, Sigifredo Noriega recordó las palabras del papa Francisco sobre el fomento del diálogo, la educación y el trabajo como medios para la pacificación; también insistió en que la sola "reacción armada" es insuficiente para construir la paz: "se trata de una tarea mucho más grande y profunda".
El obispo concluyó su misiva implorando a Dios el don de la paz y ofreciendo, en nombre de la Iglesia zacatecana, su compromiso para "sumar esfuerzos y contribuir en la construcción de una sociedad más justa y solidaria".