Oaxaca, Oaxaca.- Bajo la parroquia de San Pablo Villa de Mitla, Oaxaca, un equipo de arqueólogos ha descubierto un laberinto de cámaras y pasadizos ocultos; estructuras milenarias que podrían representar una “entrada al inframundo” según la cosmogonía de los indígenas zapotecas que habitaron la región hace más de mil años.
Estas estructuras subterráneas formaban parte de un templo religioso conocido como Lyobaa, el “lugar de descanso” o "mundo de los muertos", construido por los antiguos zapotecas.
El hallazgo se produjo a partir de la colaboración de arqueólogos del Instituto Nacional de Historia y Antropología de México (INAH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Proyecto ARX. Este "lugar de descanso" podría haber sido un recinto místico donde los indígenas probablemente realizaban algunos ritos u ofrendas para simbolizar ese espacio como un paso previo al más allá, luego de la muerte terrenal.
Los investigadores geólogos revelaron la existencia de estos pasajes ocultos gracias a tecnologías utilizadas para la exploración bajo tierra como el radar de penetración en el suelo y tomografías de resistividad eléctrica y de ruido sísmico. Los datos arrojaron rastros de lo que pudo haber sido una compleja red subterránea bajo el templo católico, un sistema de cuevas y pasadizos a más de 5 metros de profundidad. Al comparar el mapa subterráneo con la edificación de la parroquia, se puede inferir que los misioneros católicos erigieron justo el templo sobre el "ingreso al inframundo" y el altar principal donde se celebra la Eucaristía estaría encima de la puerta por donde los antiguos indígenas realizaban ritos y ofrendas.
Además del laberinto subterráneo, los arqueólogos también encontraron evidencia de una estructura conocida como el Palacio de las Columnas, el monumento más importante de la zona. El descubrimiento de una etapa constructiva anterior ayudará a reconstruir la historia del pueblo zapoteco.
Se sabía de la existencia de las cámaras subterráneas gracias a que en 1674, Francisco de Burgoa, un religioso de la Orden de los Predicadores (frailes dominicos) que misionó en la región oaxaqueña, documentó que los sacerdotes católicos habrían sellado el templo subterráneo de Lyobaa. Francisco de Burgoa describió un complejo con cuatro cámaras interconectadas y múltiples cavernas y pasajes en las profundidades del suelo. Ahora, gracias al estudio, se ha redescubierto este lugar de descanso.
Los antiguos zapotecas tenían una fuerte creencia en el inframundo y adoraban a múltiples dioses, también se sabe que realizaban rituales dedicados al tránsito entre la vida y la muerte. Las cámaras de Lyobaa quizá fueron un templo donde se practicaron rituales precolombinos hasta el siglo XV, cuando los aztecas y posteriormente los españoles tomaron control de la región.
El Proyecto Lyobaa, que cuenta con un equipo de 15 investigadores multidisciplinarios, planea realizar más escaneos y estudios en el área en los próximos años.
Este proyecto de investigación no solo busca detectar monumentos antiguos, sino también evaluar el riesgo sísmico y geológico de estos sitios para garantizar su conservación y preservación para las futuras generaciones. De esta manera, se podrá mantener nuestro vínculo con miles de años de historia humana y permitir que las generaciones futuras estudien y aprecien este legado histórico.