Ciudad de México.- Durante la peregrinación de la diócesis de Huajuapan de León, Oaxaca, a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, el obispo Miguel Ángel Castro Muñoz oró por la paz en la nación y pidió a los feligreses reflexionar sobre los acontecimientos de violencia que se padecen en el país, entre ellos los atentados contra periodistas y los crímenes contra los candidatos a cargos públicos.
El obispo Castro destacó entre sus preces, la oportunidad de que el pueblo mexicano elija con conocimiento y libertad a las personas que realmente quieran un cambio para México, las cuales -dijo- deben ser honestas en primer lugar.
"Estamos conscientes del momento tan difícil que vivimos como humanidad. Padecemos los efectos negativos de un cambio de época, tenemos múltiples crisis. A diario aquí en nuestro México escuchamos muchas noticias lamentables: una violencia desmedida, sin piedad, homicidios, linchamientos, atentados contra algunos sectores de la sociedad que tratan de hacer conciencia, como son nuestros hermanos periodistas".
El obispo también recordó que hombres y mujeres están dedicando su vida a la política y al servicio público, y que también padecen de las violencias e inseguridad en el país: "Hay hombres y mujeres que están allí en los espacios, en las estructuras políticas, deseando cambiar las cosas. No dudamos también de las personas honestan que quieren algo diferente", mencionó.
En días recientes, la noticias del asesinado de la candidata a la alcaldía de Celaya, Guanajuato, consternó a la sociedad mexicana pues este crimen se suma a otros asesinatos contra líderes políticos y que revelan la profundidad del problema social y la violencia en México.
Para animar a la feligresía y a la ciudadanía, Castro rememoró el significado que tiene para los mexicanos la Virgen de Guadalupe y pidió a los católicos que no olviden la misión que cada uno tiene en su paso por la tierra: “Este fin que nos tiene aquí es honrar a la madre, a la Virgen Santísima, nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen bendita aquí está también presidiendo esta celebración como madre de Jesús. La segunda razón es para nunca dejar de ser discípulos de su hijo, de Jesús. Hoy evocamos esa imagen de los servidores, de las bodas en Canán, en Galilea, a quienes María Santísima les dice: Vayan a mi hijo y escúchenlo".