Guachochi, Chihuahua.- El obispo de la diócesis de Tarahumara manifestó su “profundo dolor y enérgico repudio” por los recientes hechos de violencia ocurridos en el municipio de Guachochi, donde varias personas perdieron la vida “de manera injusta”. A través de un comunicado oficial, la institución eclesiástica se pronunció sobre los acontecimientos que han conmocionado a la comunidad.
251026-Diócesis de Tarahumara-Ante los hechos de violencia en Guachochi
La madrugada del domingo 26 de octubre se registró una balacera en el municipio de Guachochi en la Sierra de Chihuahua, la cual ha dejado hasta el momento cuatro personas sin vida y al menos nueve lesionados. De manera extraoficial se informó que un comando irrumpió dos colonias locales donde abrieron fuego contra ciudadanos en la vía pública y contra un vehículo. Las autoridades aseguran preeliminarmente que la mayoría de las víctimas eran miembros de una misma familia, uno de ellos sería un docente y un niño de dos años también resultó herido, el menor se encuentra atendido en un hospital regional en estado crítico.
En el comunicado, la Diócesis expresa su solidaridad con las familias de las víctimas y con una comunidad “profundamente herida por estos acontecimientos que atentan contra la dignidad humana y la convivencia pacífica”.
La postura de la Iglesia la sintetiza su obispo: “Ninguna causa, interés o grupo armado puede justificar la agresión, el asesinato o la siembra del miedo entre la población”. Subraya que “cada vida humana es sagrada, y su pérdida nos interpela como sociedad y como nación”.
El llamado del obispo se dirige a varios actores. Solicita, por ejemplo, a las autoridades de los tres niveles de gobierno que se restablezca “el orden, la seguridad y la justicia” no solo con medidas “reactivas o temporales”, sino mediante “acciones efectivas y sostenidas” en todo el municipio y la región serrana. Asimismo, insta a las instituciones de justicia a que investiguen los hechos y eviten “la impunidad que tanto daña la confianza ciudadana”.
El comunicado también se dirige “a quienes integran los grupos generadores de violencia”, con un llamado a que “escuchen el Ilamado de Dios a la conversión, dejen las armas y reconozcan el valor sagrado de la vida”. A las comunidades y organizaciones civiles, las exhorta a mantener viva la esperanza y a promover juntos “una cultura de paz, de respeto y de reconciliación”.
Juan Manuel González Sandoval, obispo de Tarahumara, reitera el compromiso de la Iglesia de “seguir presentes en medio del pueblo, acompañando a las familias, fortaleciendo la vida comunitaria y animando toda iniciativa orientada al bien común”. La declaración concluye con una invocación a Santa María de Guadalupe para que “esta tierra bendita supere la violencia y recobre la alegría de vivir en fraternidad”.

