Probablemente has escuchado el término “justicia social” muchas veces, pero ¿qué significa realmente, sobre todo desde una perspectiva de la fe católica? En el lanzamiento de la campaña “La Vida Pende de un Hilo”, la Dra. Emilce Cuda, una alta funcionaria del Vaticano, lo explicó de una manera muy clara: no es solo una idea bonita, es una acción concreta.
La Justicia Social es parte del Evangelio
Según la Dra. Cuda, “el desafío del Evangelio incluye la prédica de la justicia social”108. Esto significa que, para un cristiano, hablar de Jesús y vivir la fe no puede separarse de la lucha por un mundo más justo. No son dos temas diferentes, sino dos caras de la misma moneda.
Son “Gestos” que Acompañan a las Palabras
La nueva constitución que rige las oficinas del Vaticano dice que la Iglesia debe “predicar el Evangelio con palabras y gestos”. La justicia social es precisamente el conjunto de esos “gestos”. No basta con decir que amamos a nuestro prójimo; debemos actuar para que ese prójimo pueda vivir bien.
¿Qué garantizan esos “gestos”?
La Dra. Cuda lo resume en tres puntos clave que la justicia social busca asegurar:
1. La vida digna: Esto va más allá de simplemente sobrevivir. Significa tener acceso a todo lo necesario para desarrollarse plenamente como persona: salud, educación, trabajo, cultura y un lugar seguro donde vivir.
2. El acceso universal a los bienes: La Tierra y sus recursos son un regalo para todos, no solo para unos pocos. La justicia social lucha para que todas las personas puedan beneficiarse de los bienes de la creación. Cuando una mina contamina el único río de una comunidad, le está negando el acceso a un bien fundamental: el agua potable. Defender ese río es, por tanto, un acto de justicia social.
3. La solidaridad y las estructuras subsidiarias: Esto significa que debemos construir una sociedad donde nos apoyemos mutuamente (solidaridad) y donde las decisiones se tomen al nivel más cercano posible a las personas afectadas (subsidiariedad). Se trata de crear estructuras sociales y políticas que estén al servicio de las personas, y no al revés.
En resumen, cuando la Iglesia habla de justicia social, no está hablando de una ideología política específica. Está hablando de su deber de actuar en el mundo para que la dignidad de cada persona, creada a imagen de Dios, sea respetada. Por eso, defender a una comunidad campesina a la que le quieren quitar el agua, luchar contra una mina que envenena la tierra o proteger a un
líder indígena amenazado no es “meterse en política”. Es, sencillamente, poner en práctica el Evangelio.
La serie ya está disponible en las principales plataformas de podcast: https://play.jdn.app/LaVidaPendedeunHilo