Ciudad de México.- En su más reciente emisión, el programa “Diálogos por la Esperanza”, impulsado por la Dimensión de Cultura y Educación de la CEM, analizó el primer mensaje del papa León XIV, resaltando su sentido de la paz, su conexión con la Doctrina Social de la Iglesia y su relevancia ante los desafíos actuales como la inteligencia artificial y la polarización social.
El análisis contó con la participación de dos líderes laicos del ámbito empresarial y académico: Juan Pablo Castañón, actuario, expresidente de la COPARMEX y exdirector del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), y Luis Durán Luján, economista y exdirector general de Laureate México y de la Universidad del Valle de México. Ambos destacaron la profundidad del mensaje papal y su vinculación con la Doctrina Social de la Iglesia, especialmente en temas como la paz, la justicia social y los desafíos de la inteligencia artificial.
Un mensaje articulado y cristocéntrico
El sacerdote Eduardo Corral abrió la discusión resaltando el tono contemplativo y cristocéntrico del mensaje de León XIV: “A diferencia de sus predecesores, antes de salir al balcón de la Plaza de San Pedro escribió unas líneas. Es un mensaje más articulado, amplio y profundo”.
Además, subrayó que el Papa estableció una línea de continuidad latinoamericana con su predecesor, Francisco, pero con un enfoque desde el norte global. “Recordando que Dios nos quiere y el mal no prevalecerá. Tenemos que serenar nuestros corazones para entrar en el orden de la justicia y la paz”, añadió Corral, destacando que la palabra “paz” fue mencionada siete veces en el discurso.
León XIV: Un pontífice para una nueva revolución industrial
Luis Durán habló de paralelismos entre León XIV y su predecesor, León XIII, autor de la encíclica Rerum Novarum (1891), considerada el texto fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia: “León XIII proclamó la Rerum Novarum ante la revolución industrial que no tomó en cuenta los derechos de los trabajadores. León XIV parece retomar ese legado para responder a los desafíos de una nueva revolución industrial, donde lidiamos con temas como la inteligencia artificial y cómo defender la dignidad humana”.
Durán emfatizó que el nuevo pontífice busca poner acento en esos desafíos, especialmente en el ámbito de la Inteligencia Artificial, argumentando que “el trabajo humano no debe quedar relegado ante el avance tecnológico”. Él también destacó que el nuevo llamado papal a equilibrar la tradición y la aperutra tiene un sentido de unidad y sinodalidad.
Doctrina Social de la Iglesia: Guía para el diálogo y la paz
Por su parte, Juan Pablo Castañón celebró también el nombre elegido por el nuevo Papa pues recuerda a la encíclica ya citada como un texto que, en su opinión, sigue siendo una guía vigente para la toma de decisiones en el ámbito empresarial y social: “En un mundo de encono, conflicto, división y reclamo, el Papa nos invita al diálogo para buscar la paz y la unidad”.
Castañón destacó la importancia de la Doctrina Social Cristiana como marco para la acción en el ámbito público: “Nos lleva a ponernos en el lugar del otro, respetarlo y promoverlo. Al promoverlo, nos encontramos con el otro para hacernos corresponsables en esta Casa Común”.
Asimismo, resaltó el llamado del Papa a abandonar la lógica del beneficio económico como único fin: “Hay que regresar a lo que nuestros padres y abuelos nos enseñaron: ‘lo hago porque me corresponde dentro de la sociedad o la comunidad en donde vivo’”.
La paz: Fruto de la justicia y la caridad
Luis Durán profundizó en el concepto de paz desde la perspectiva del magisterio de la Iglesia: “El magisterio habla de la paz cristiana como fruto de la justicia y la caridad. San Pablo definía la unión de los espíritus en una misma verdad”. Subrayó que la paz no es un tema esotérico ni excluye la vida social y política, sino que “es un estado de felicidad... que no viene externamente ni desde afuera... la paz tiene que nacer desde adentro”.
Durán también hizo hincapié en que la paz es inseparable de la justicia: “Hoy no es posible entender una paz sin justicia. La justicia es una virtud indispensable”.
Llamó a un examen de conciencia tanto individual como colectivo: "Conviene que cada uno de nosotros pensemos que lo que estamos a punto de hacer es justo. Y aunque nadie realmente busque 'ser injusto', la historia sin embargo, nos recuerda que hay injusticias. Es decir: Sí es verdad que cada uno de nosotros defendemos la verdad y la justicia, pero no es cierto que todos las vivamos de forma correcta en pos de los derechos de los demás".
"La búsqueda de la paz debe converger con la moral natural, que plantea lo que cada uno buenamente debe buscar y lo indeseable que son los actos de maldad; porque no es bueno robar o matar, como no es bueno hacer daño a otras personas o hacer cosas que lastimen su dignidad", reflexionó.
Liderazgo humanista y construcción de comunidad
Juan Pablo Castañón cerró su intervención exhortando a pensar sobre el papel del liderazgo empresarial en la construcción de paz: “El liderazgo urgente debe tener una visión humanista, haciendo empresa juntos, como comunidad”.
Destacó una idea central del mensaje de León XIV: “No puedes solo. Ante los retos del mundo, tenemos que poner el máximo de nuestros esfuerzos para vencer a los que nos dividen, con amor, decisión, testimonio, diálogo y encuentro”.
Castañón concluyó con un llamado a la acción: “Frente al populismo que divide, que señala, que enfrenta, debemos encontrar un camino hacia una nación fraterna donde cada quien haga lo que le corresponde, pero donde todos vayamos juntos”.
El programa finalizó con Durán recordando una cita de San Agustín: “Vive amando, ama sufriendo, sufre callando pero siempre sonriendo” y su convicción de que en esta frase se encapsula el espíritu de esperanza y resiliencia que caracteriza el mensaje de León XIV.
Los expertos coincidieron en que el nuevo pontificado representa una oportunidad para revitalizar la Doctrina Social de la Iglesia ante los desafíos del siglo XXI, desde la inteligencia artificial hasta la polarización social. El llamado al diálogo, la justicia y la paz resuena como un faro en medio de un “cambio de época” que exige respuestas audaces y profundamente humanas.